Con el triunfo sobre Berdych, el escocés suma este curso trece victorias en pistas británicas por tan solo dos derrotas: además del duelo con el suizo Roger Federer en la central del All England Club, que cedió después de una equilibrada batalla de tres horas y media, Murray solo ha perdido otro encuentro en Londres, ante el francés Nicolas Mahut en el torneo de Queen’s.
A sus 25 años, con el Abierto de Estados Unidos en el bolsillo y convertido en uno de los deportistas británicos más ilustres del momento, Murray fue recibido esta tarde como un héroe por los casi 15.000 espectadores que abarrotaban el londinense O2 Arena, un espacio reservado para conciertos multitudinarios y grandes acontecimientos deportivos.
Durante años, Murray ha acusado la presión a la que le somete el exigente público local en un país en el que él es el único referente en la primera línea del tenis.
Si bien este verano se deshizo de gran parte de sus miedos escénicos gracias a su brillante actuación en Wimbledon y en los Juegos Olímpicos, los nervios volvieron a atacarle en los primeros compases del duelo ante el gigante Berdych, de casi dos metros de altura.
El escocés, que ha disfrutado de varias jornadas de descanso tras caer en las primeras rondas de París-Bercy, abrió el partido defendiéndose del poderoso servicio del checo con un enérgico revés a dos manos que anticipaba el relato del primer tramo del encuentro.
Murray destilaba motivación sobre la pista, pero su fuerza parecía algo descontrolada y sus disparos, llenos de rabia, se estrellaban a menudo en la red o caían unos centímetros más allá de la línea.
El escocés es uno de esos jugadores que sabe crecerse ante la adversidad, y requirió verse contra las cuerdas, con 2-5 en contra en el primer set, para enfriar su juego y recuperar algo el control sobre el partido.
El tenista de Dunblane resistió mejor a partir de entonces las embestidas de Berdych, quinto favorito en Londres, aunque su raqueta continuaba sin estar afinada del todo y fallaba casi la mitad de sus primeros servicios.
Así las cosas, el checo se anotó el primer parcial y amagó con imponerse al resto nada más comenzar un segundo set, en el que Murray apretó finalmente los dientes y encontró de nuevo la solidez que le ha llevado a firmar la mejor temporada de su carrera.
El vigente campeón del US Open dio una lección al checo en el segundo parcial y desbarató su saque al inicio del tercero, que le llevó cuesta abajo hacia una victoria con la que presentó su candidatura a hacerse con la Copa de Maestros en su quinta participación consecutiva en el torneo que enfrenta a los ocho mejores tenistas del mundo. EFE
