Precisamente, la victoria del balcánico ante el checo Tomas Berdych en dos sets (6-2 y 7-6(6)) ampliaba aún más las posibilidades de Murray, que con ganar una manga ante el galo estaba clasificado.
Las escasas opciones de Tsonga, que afrontó el choque con dos derrotas a sus espaldas (ante Djokovic y Berdych) y la necesidad de ganar en dos sets para sobrevivir en la competición, condicionaron el tenis del galo, que solo en uno de los siete partidos previos que había disputado ante Murray había salido airoso (en la primera ronda del Abierto de Australia del 2008).
Andy Murray afrontó el partido a toda máquina. Con dos roturas a a las primeras de cambio dispuso de una ventaja de 4-0, que Tsonga fue incapaz de enmendar.
Con la clasificación asegurada para el escocés y las opciones dilapidadas para el francés, el choque pareció perder intensidad en el segundo parcial. Sobre todo cuando Murray volvió a romper el saque de Tsonga en el primer juego y se situó con 4-2. Fue entonces cuando llegó la reacción del tenista de Le Mans, que tiró de orgullo y se apuntó tres juegos seguidos, incluida su primera rotura del saque rival, para enderezar la manga y llevarla al desempate después de disponer, incluso, de un punto de set.
Murray cerró el partido después de una hora y 35 minutos y alcanzó las semifinales como segundo clasificado del Grupo A, por detrás de Djokovic, que tumbó a Berdych (6-2 y 7-6 (6) en 1 hora y 37 minutos). Tsonga, por su parte, séptimo del mundo, abandona la Copa Masters sin conocer la victoria.