Lanús domina con seis puntos, producto de dos goleadas, la Liga Profesional del fútbol argentino en cuya segunda fecha Boca Juniors debió echar mano de sus juveniles para afrontar de urgencia su partido en territorio de Banfield y la jugada arriesgada le rindió un meritorio empate sin goles.
El mundo parecía estar esta semana contra Boca. Y en una cancha ajena pesada por la lluvia las promesas convocadas por el entrenador provisional Sebastián Battaglia resistieron con sorprendente entrega, pues 24 horas antes habían jugado un partido de su división, y hasta amenazaron la portería del Taladro.
En medio de mucha polémica que se arrastra desde la eliminación de la entidad xeneize de la Copa Libertadores en la ciudad brasileña de Belo Horizonte ante el Atlético Mineiro, jugadores y directivos debieron pasar a un aislamiento preventivo exigido por el Gobierno argentino en respuesta a los incidentes violentos que protagonizaron en el estadio Mineirao.
Los directivos de Boca llegaron a anunciar que el partido de este sábado con Banfield había sido aplazado por orden de los directivos de la Liga, que desmintió tal anuncio y ratificó la programación de la segunda jornada.
El xeneize navega provisionalmente en la decimotercera posición con dos puntos.
El liderato de Lanús se funda en sus dos victorias por goleada en dos salidas y una producción de ocho goles, aunque su defensa encajó tres.
En cancha ajena, la de Colón de Santa Fe, Lanús se recuperó hoy del susto de verse abajo con un gol de penalti desde los 39 minutos y salió airoso con una goleada por 1-4 en la que aportó un doblete José ‘Pepe’ Sand, el máximo goleador del torneo con cuatro.
San Lorenzo obtuvo su primer triunfo y con cuatro puntos ascendió al segundo puesto de la clasificación.
La victoria en el Nuevo Gasómetro por 1-0 sobre el rocoso Central Córdoba también marcó a la vez el comienzo con buen pie de la era del entrenador uruguayo Polo Montero.