La noticia le llegó al cuadro de Marcelino antes de saltar al estadio de La Cerámica (donde perdió) para disputar el duelo regional con el Villarreal, el equipo anterior al que dirigió el técnico asturiano.
El escaso margen de error que disponía el Betis para alcanzar un puesto entre los cuatro primeros ya dejaba entrever la presencia valenciana en la máxima competición europea de clubes. Aún así, era uno de los pocos asuntos pendientes de lo que queda de temporada.
A falta de dos jornadas ya, sólo queda en el aire un puesto europeo. A él se aferra el Sevilla, que se reencontró el viernes, frente la Real Sociedad, con el triunfo. Mientras se alejan Girona y Celta, malparados en sus duelos contra el Eibar y el Deportivo, respectivamente.
Un gol de Mario Gaspar al borde del cierre dejó sellada la presencia en Europa del Villarreal, que jugará de nuevo la Liga Europa.
El Valencia fue presa del gran momento amarillo. El cuadro de Castellón, sexto, sumó su tercera victoria seguida (1-0) y se arrima al Betis. El de Marcelino se aleja del tercer lugar del Real Madrid y en el que estuvo instalado tiempo atrás, atascado en un trayectoria de sinsabores. Tres derrotas y dos empates en sus últimos cinco partidos.
Aun así, tres años después regresa a la Liga de Campeones del Valencia. Será la duodécima ocasión en la que dispute la máxima competición continental de clubes. Su último partido europeo fue en diciembre de 2015, contra el Lyon en Mestalla, en la última jornada de la fase de grupos de ‘Champions’, con Gary Neville en el banquillo.
Y es que previamente el Athletic frenó al Betis, que se dejó en San Mamés sus escasas opciones de alcanzar la cuarta plaza. El conjunto de Jose Ángel Ziganda se impuso por 2-0 con los goles de Iker Muniaín y Aritz Aduriz en el tramo final del choque.
El cuadro andaluz, que acumulaba ocho partidos sin perder, tuvo su ocasión antes de que Aduriz sentenciara el partido. Un gol de Javi García que fue anulado por falta a Kepa Arrizabalaga, que evitó la igualada en más de una ocasión.
El triunfo fue una satisfacción para la afición del Athletic, que ha padecido un curso decepcionante. Instalado en tierra de nadie, alejado de las ambiciones europeas.
Al Betis, que tiempo atrás amarró la presencia en la Liga Europa, ya no le salen las cuentas para entrar en Champions.
Del sueño europeo se despidieron en la sesión el Celta y el Girona. Ambos contaban con pocas opciones. Un objetivo matemático en función siempre de marcadores ajenos. Ninguno salió airoso de la jornada. Y las posibilidades se anularon.
El Celta porque fue incapaz de salir con los tres puntos de Balaídos en el derbi gallego contra el Deportivo, que liquidó los escasos sueños continentales de su rival.
Fue un duelo de escaso fútbol, con pocas ocasiones y bronco por momentos. Encarrilado por los locales pero que frustró Lucas Pérez en el tiempo añadido (1-1).
El Celta se adueñó del derbi durante el primer tiempo. Tuvo la pelota. Y eso fue suficiente para dañar al Deportivo, más incómodo, desajustado en sus líneas, más desasosegado en el ambiente del partido, como demostró el extraño gol de Maxi Gómez, una mezcla de fatalismo y torpeza del portero Rubén.
El conjunto de Juan Carlos Unzué sumó un nuevo partido sin ganar. Lleva cinco el equipo vigués. Mientras, el Deportivo, descendido hace siete días, acumuló su tercer empate en los cuatro encuentros recientes.
También se diluyó el sueño del Girona de obtener un billete para la Liga Europa. Especialmente tras la contundente derrota cedida ante el Eibar que ganó en Montilivi por un incontestable 1-4, en la antepenúltima jornada del campeonato español.
Kike García, con un doblete, Joan Jordán y el japonés Takashi Inui le dieron la victoria a los pupilos de José Luis Mendilibar, que celebró su renovación con un triunfo en un estadio en el que los locales, que tan solo han sumado 5 de los últimos 24 puntos, ya acumulan cuatro jornadas sin conocer la victoria. EFE
