Buenos Aires, 30 jun (EFE).- Llegó para quedarse y con la ilusión de que la Copa América lo impulse a su máximo objetivo: un Mundial. No se trata de un futbolista sino de una pintura en aerosol para evitar adelantamientos de la barrera del equipo defensor y que este viernes tendrá su bautismo en una competición oficial de selecciones.
Su inventor es Pablo Silva, un periodista argentino de 46 años, que tuvo que recorrer un largo camino desde que ideó este producto que permite marcar sobre el terreno de juego una línea blanca que la barrera no puede sobrepasar y otra en el punto exacto en el que debe ubicarse el balón para ejecutarse un tiro libre (a 9.15 metros).
Conocido con el nombre técnico de “Aerosol 9.15 FPL”, es un líquido gaseoso de color blanco, inocuo y que tiene la capacidad de desaparecer del césped o de la tierra entre los 45 segundos y los tres minutos después de colocado.
A finales de 2007, el periodista, ya con el invento patentado, presentó su proyecto al presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), Julio Grondona, a quien la idea “le encantó", en palabras de Silva.
El producto comenzó a utilizarse en la Segunda División argentina en la segunda mitad de 2008 y esos seis meses de experiencia fueron claves para mejorarlo con el objetivo de que llegara “cuidado y protegido” a la máxima categoría, donde se estrenó en 2009.
Entre los cambios que experimentó antes de llegar a la elite del fútbol argentino destacaron el peso y la longitud de su envase, así como el aparato que lo sujeta a los pantalones de los árbitros.
En 2009 la Conmebol dio luz verde para que el aerosol se utilizara en las Copas Libertadores y Sudamericana, lo mismo que hicieron 10 países de la región para sus respectivas ligas. En total ya ha sido usado en más de 15.000 partidos oficiales.
Finalmente, en marzo de este año la International Football Association Board (IFAB) autorizó a la Conmebol su uso en la Copa América de Argentina, según Silva, “el escenario perfecto para demostrar su real dimensión y la esperada prueba de fuego”.
Pablo Silva, que en los últimos días ha estado instruyendo a los árbitros de este torneo en la ciudad de Córdoba, una de las ocho sedes de la competición, consideró que esta espuma evanescente ha tenido “gran aceptación”.
“Esperemos que se reconozca mundialmente el gran apoyo que este producto supone para los árbitros y el ‘fair play’ (juego limpio)”, matizó Silva. EFE