El bus del Real Madrid, que terminó con una ventanilla rota, apareció en una de las calles paralelas a Anfield a poco más de hora y media para el inicio del encuentro.
Aunque la recepción del mismo fue en general pacífica, con la escolta de la policía británica, varios aficionados tiraron piedras contra el autobús, además de inundar el ambiente con bengalas que desprendían humo de color rojo.
El Liverpool, que tratará de remontar el 3-1 que traen de desventaja de la ida, fue recibido minutos después, con el único incidente de la aparición de numerosas bengalas.