El mediocampista ofensivo del Botafogo brasileño, uno de los campeones del mundo en Lusail presentes en esta cita olímpica, desniveló la contienda en el Groupama Stadium de Lyon al inicio del segundo periodo con un disparo magníficamente ejecutado desde el borde del área, con clase y precisión. Claudio ‘diablito’ Echeverri, que le había reemplazado, puso la guinda en la prolongación.
El gol de Almada puso el punto de tranquilidad que necesitaba la Albiceleste, a la que le bastaba el empate para evitar un tercer k.o. olímpico consecutivo en la fase de grupos, pero que, ante la victoria de Marruecos en el otro partido del grupo, le podía ser letal un tanto del conjunto ucraniano.
Ciertamente apenas le había generado peligro el equipo de Ruslan Rotan. Argentina, con el mando de la posesión, controlaba bien, pero tampoco había llegado demasiado ante las inmediaciones de Kiril Fesiun. Lo hizo tan solo al borde del intermedio con un remate de Julián Álvarez y con una irrupción de Luciano Gondou que abortó el meta en el mano a mano.
Tuvo que ser Almada el que aclarase el panorama para la escuadra que adiestra Mascherano con su clarividencia y calidad para colocar el balón en el ángulo. Con ventaja, Argentina supo manejarse sin demasiadas alteraciones y con concentración en la zaga, liderada por Nicolás Otamendi y Marco di Cesare, para abortar casi todas las intentonas ucranianas ante Gero Rulli.
El ‘diablito’ Echeverri, que había suplido al goleador a los 78 minutos, aprovechó el tiempo que tuvo para rematar la faena al aprovechar un rechace del guardameta ucraniano a un tiro de Kevin Zenón.
La selección Argentina, que tuvo un inicio tan surrealista con la polémica derrota ante Marruecos, espera ahora rival, que podría ser Francia en un duelo que puede ser tremendo.