Al frente de la formación Sky, que está dominando con mucha soltura el Tour, Wiggins se permitió hoy el lujo de convertirse en gregario de su gregario y en la recta final que llevaba a Le Cap d’Agde, lanzar la llegada del noruego.
“No ha sido un gran derroche, es el mismo esfuerzo que quedarse atrás pero con menos riesgo, porque no te quedas cortado”, explicó el inglés tras la etapa.
Wiggins quiere aparecer como un compañero ejemplar y presentó la ayuda a Boasson Hagen -que acabó tercero de la etapa- como un “pago por todo el esfuerzo que ha hecho en el Tour”.
Sin embargo, la actitud ambiciosa del maillot amarillo y del Sky puede levantar ampollas en el pelotón, no muy feliz de ver como los hombres de negro quieren copar todos los premios.
El español Luis León Sánchez no dudó en recriminar la actitud de Wiggins y, en la meta, le pidió explicaciones por su aceleración, que acabó con su pequeña fuga con la que pretendía imponerse en la etapa.
“Dejad hacer algo a los demás. Así no”, le dijo el murciano del Rabobank al líder de la carrera.
“Quieren ganarlo todo, no hacen un favor a nadie y a veces se lo hemos hecho a ellos. Las cosas se hacen de otra manera”, afirmó a los periodistas el ciclista español, visiblemente molesto por la actitud de Wiggins, que tiró por tierra sus opciones de triunfo.
El maillot amarillo no quiso entrar en la polémica. Ante los periodistas lamentó que Sánchez fuera el perjudicado por su aceleración, porque dijo que es alguien a quien aprecia en el seno del pelotón.
“No sabía quién había delante. Yo me debo a mi equipo, tenía que intentar ayudar a Edvald, que me ha dado mucho en la última semana”, señaló.
Wiggins no consideró que esa maniobra le supusiera un gasto extra de energías. “Es más o menos la misma que hubiera gastado en el grupo pero eliminando el riesgo de quedarme cortado”, dijo.
En la caravana, el gesto de Wiggins fue considerado una muestra de la superioridad con la que están controlando este Tour de Francia.
El exciclista Laurent Jalabert afirmó que “es lógico que quiera dar algo a un equipo que le ha dado mucho”.
No es la primera vez que Wiggins tiene un gesto de ese tipo en este Tour. En la etapa de hoy se puso al frente de la persecución de Cadel Evans, que aceleró el ritmo en el ascenso al Mont Saint-Clair.
La misma actitud tuvo en una de las etapas alpinas. “Si con un acelerón puedo ahorrar esfuerzo a mis compañeros creo que debo hacerlo”, asegura el inglés, que no ahorra alabanzas al equipo Sky.
Primero y segundo de la general, la formación británica tiene tiempo para dedicarse a otras tareas.
Froome, Wiggins y Cavendish ya han ganado una etapa y al conjunto le gustaría que otros hombres tuvieran recompensa.
Boasson Hagen, uno de los ciclistas más prometedores del pelotón, se alzó el año pasado con dos triunfos en el Tour. El noruego ha pospuesto sus ambiciones en favor del líder del equipo, que pugna por convertirse en el primer británico que entra de amarillo en París.
Una victoria de etapa del escandinavo serviría para pagar sus servicios. Aunque eso implique que el Sky se gane la impopularidad del pelotón.
Luis Miguel Pascual