Lucas Rodrigues Moura da Silva, delantero de 20 años por el que el PSG ha pagado al Sao Paulo FC 45 millones de euros (casi 60 millones de dólares), lucirá la elástica del PSG durante las próximas cuatro temporadas y media.
El fichaje del internacional paulista -la mayor cantidad pagada a un equipo brasileño por la transferencia de un jugador al exterior- se cuajó el pasado agosto, pero con la condición de que pudiera culminar la temporada brasileña, que finaliza en diciembre.
Como despedida, Moura acaba de ganar la Copa Sudamericana con el Sao Paulo FC, antes de iniciar su periplo internacional rumbo a París. Aunque primero ha hecho escala en Catar, lujosa tierra de la que emanan los petrodólares que nutren las estelares aspiraciones del PSG, que sigue sumando nombres a su proyecto de altos vuelos.
Allí, por segundo año consecutivo, el club que dirige el técnico italiano Carlo Ancelotti ha convocado al sueco Zlatan Ibrahimovic, al brasileño Thiago Silva, al argentino Javier Pastore, al italiano Maco Veratti, al francés Jérémy Ménez y al resto de compañeros de Moura.
El próximo 3 de enero, la amplia delegación del PSG desplazada a Qatar -pues los jugadores podían viajar con sus familias- llegará a París. Diez días después, el club disputará su primera encuentro oficial de la temporada al recibir en liga como local al Ajaccio.
Lo hará desde lo alto de la clasificación, tras un inicio de temporada dudoso que le valió duras críticas a Ancelotti, pero con la mirada puesta en la Liga de Campeones.
El equipo disputará los octavos de final de ese gran escaparate internacional contra el Valencia, el 12 de febrero en Mestalla y el 6 de marzo en el Parque de los Príncipes.
Moura, 22 veces internacional con Brasil, llevará para entonces un mes y medio inmerso en la disciplina de su nuevo club y asentándose en la capital francesa, donde le acompañará su madre, antaño peluquera, que le ayudará a asimilar “in situ” tantos cambios.
Su padre se quedará en Brasil, allí donde Moura está llamado a brillar en el Mundial de 2014, campeonato en el que sus compatriotas sueñan con que el flamante delantero del PSG acompañe hasta la victoria final a la selección que liderará Neymar.
En Francia, donde los seguidores del PSG se están acostumbrando a que su equipo destile fantasía, aguardan con esperanza a la perla brasileña, el enésimo fichaje de un club que no ha oído hablar de crisis.
“Mi ídolo siempre ha sido Zidane. Mi estilo es un poco diferente al suyo, pero me encantaba verle jugar, aunque fuera nuestro verdugo en los Mundiales” de 1998 y 2006, declaraba recientemente el delantero, lanzando un guiño a su nueva hinchada.
Su llegada coincide con la casi segura salida de Nene, máximo goleador de la liga francesa en la pasada temporada, con 21 dianas, quien recientemente señalaba que es el momento de seguir “un nuevo camino” en su carrera y baraja varias ofertas, aunque aún no hay nada firmado.
Rápido, regateador, incisivo, según definía a Moura compatriota y lateral del Burdeos Mariano en las páginas del diario “Sud-Ouest”, queda por ver cuánto tardará el joven talento en ganarse una plaza en el 4-4-2 por el que se decanta Ancelotti.
“Tiene una gran velocidad de ejecución. Ataca, percute. Por todo eso, le compararía a Ronaldo”, señalaba Mariano en ese diario.
Moura, sin embargo, no acepta equiparación alguna y se reivindica como un jugador de molde único.
“No quiero que se me compare a nadie. Quiero escribir mi propia historia en el mundo del fútbol”, declaró en 2010, cuando se convirtió en profesional de su deporte.