“Ha sido lo más raro que me ha sucedido. Ayer por la tarde estaba sentado en una silla hablando cuando noté un ‘cloc’ en la rodilla, al que no le di importancia, y cuando media hora después traté de levantarme tuve una sensación rara”, explicó.
“Pensé que se había salido un poco la articulación y traté doblar la pierna pero al tercer intento no pude. La rodilla se quedó dura y sentí mucho dolor. No podía doblarla ni un solo centímetro y necesité ayuda para subir a la habitación”, prosiguió.
El jugador reconoció que desde ese momento pasó por momentos “muy duros”, ya que aseguró que “me vi fuera del torneo. Me parecía inviable que a las 18.00 horas de ayer no pudiera doblar nada la rodilla y hoy pudiera jugar”.
Nadal agradeció la colaboración del torneo que le facilitó que le pudieran realizar diversas pruebas médicas el domingo en el hospital, las cuales fueron positivas ya que “no había nada nuevo y eso nos calmó. Realicé entrenamiento con el fisio y con Ángel (su médico) y con ayuda de fisioterapia y antiinflamatorios la sensación hoy ha sido buena”.
Debido a esto, el tenista apuntó que en su partido ante Alex Kuznetsov “salí a la pista dudoso al principio” pero añadió que tras jugar un rato “vi que todo iba bien, que la rodilla funcionaba sin problemas y me siento feliz de poder seguir jugando aquí y porque el nivel tenístico ha sido satisfactorio”.
En el plano meramente deportivo Nadal se mostró satisfecho por el tenis que ha desplegado. “Creo que estoy jugando bien, con pocos errores no forzados y los que hecho han sido al final, cuando estaba todo decidido y he jugado un poco más a lo bruto”, apuntó.
“He sacado bien y he restado mejor de lo que lo hacía el año pasado, que es importante porque empezar bien el punto te da la vida. Con la derecha he hecho muchos golpes ganadores a mitad de pista con más facilidad. Me voy a casa muy contento porque he hecho muchas cosas bien y este es el camino a seguir”, concluyó.