Los hechos ocurrieron en la noche del viernes, cuando aficionados de la barra de los azules lanzaron tres bengalas al césped del estadio Santa Laura, en la capital chilena, lo que llevó al árbitro Patricio Polic a suspender el partido en el minuto 53, con el empate a uno en el marcador.
La ANFP decidió dar por finalizado el partido con ese resultado y solicitó al Tribunal de Disciplina que sancione los hechos “con todo el rigor que le permite el Código de Procedimiento de Penalidades”.
Según precisó en un comunicado, la sanción puede suponer jugar de uno a cinco partidos sin aficionados del club o incluso sin ningún espectador en las gradas.
Además, anunció que la próxima semana se presentará una querella por quienes resulten responsables de esos “delitos”.
También la Intendencia (gobernación) de Santiago anunció hoy una querella similar, y la directiva de Universidad de Chile adelantó que este lunes presentará en tribunales una denuncia contra quienes resulten responsables de estos incidentes.
Una de las bengalas afectó al guardameta visitante, el paraguayo Cristián Limenza, que perdió la audición por algunos instantes y posteriormente acudió a una comisaría de Carabineros a constatar lesiones.
Miembros de la barra de Los de Abajo han señalado que el lanzamiento de bengalas está relacionado con su molestia con la dirección del club, a la que acusan de incumplir el compromiso de fijar los precios de las entradas en 4.000 pesos (8,3 dólares).
La policía detuvo a siete personas por estos hechos y anunció una investigación para aclarar cómo los hinchas pudieron acceder al estadio con esos elementos, ya que los asistentes son habitualmente sometidos a un exhaustivo control por parte de Carabineros.
Tras la suspensión del partido, la intendenta (gobernadora) de Santiago, Cecilia Pérez, dijo en declaraciones a Radio Cooperativa que sigue “extrañando la voz de los dirigentes de los clubes”, que a su juicio deben aportar su experiencia para erradicar este tipo de violencia.
Por su parte, Federico Valdés, presidente de Azul Azul, la sociedad que administra el club, pidió sanciones para los responsables y recordó que entre sus atribuciones no está revisar a los espectadores cuando entran al estadio ni detenerlos o castigarlos.
“Les pido a las autoridades que cumplan con su rol preventivo y que castiguen a los que delinquen, que lo hicieron a cara descubierta y frente a las cámaras de televisión”, señaló Valdés en una entrevista que publica hoy el diario El Mercurio.
Universidad de Chile arrienda ese estadio a Unión Española, cuyos directivos explicaron que las cláusulas del contrato solo permiten ponerle fin cuando se registran daños en el recinto, algo que no ocurrió.