23 abr. 2024

Momento de un nuevo líder

Más allá del técnico, Paraguay necesita un líder de sangre nueva en la Selección.

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El Mundial de Rusia 2018 está llegando a su ocaso y la mirada de los dirigentes, creo yo, debe estar en cerrar con el que será el nuevo entrenador de la Selección Paraguaya, pensando en la Copa América del 2019 y las Eliminatorias Sudamericanas para el 2022.

Esperemos que la APF haya aprendido de los errores cometidos en Argentina 2011 y Chile 2015. En el primero, manteniendo a un técnico que, sabiendo que el proyecto ya no era sustentable, prefirió luego dar un paso al costado; y el otro, al poner a un entrenador que buscó “ir a ganar” antes que apuntalar a una nueva selección para el futuro.

Brasil 2019 debe servir para que el nuevo adiestrador plante su idea al equipo que dejó Francisco Arce, porque hay que admitir que el mérito del Chiqui fue dejar la base para un proyecto, y llegar a las Eliminatorias con la intención de pelear por uno de los cupos.

Este escenario es ideal, más aún sabiendo que las clasificatorias para el Mundial de Qatar 2022 tendrá a Brasil y Uruguay como dominantes, una sólida Perú y unas cuantas selecciones entrando en un vertiginoso recambio de jugadores.

Paraguay, tras superar de forma traumática el proceso de cambio con dos ausencias mundialistas, llega con un lote de talentosos jugadores que, además de una buena conducción, precisa de la aparición de nuevos líderes.

Para mí, uno de los llamados a tomar esta responsabilidad es Miguel Almirón. Un crack que ha demostrado calidad y la capacidad de poder conducir tanto al Atlanta United en la MLS como a la Selección en los partidos que le tocó portar la “Casaca 10". Lo ha hecho con talento, pero a eso le podría sumar el liderazgo propio de los virtuosos que influyen en los equipos.

Otro líder, que ya lo ha demostrado en el Corinthians, debe ser Fabián Balbuena. El zaguero centro del cuadro paulista tendrá, por fin, la oportunidad de hacerse dueño de la defensa paraguaya y tal vez convertirse en la voz de mando. Si bien no ha tenido oportunidades en la Albirroja, es mucho lo que el defensa de 26 años le puede aportar a un fondo que ha evidenciado problemas y que ha dejado de tener la solidez y el juego aéreo que caracterizó al fútbol paraguayo.

En el medio también se avizoran buenos valores y, sin extendernos en la lista, son muchos los que pueden sumar su liderazgo.

Al final, sea quien sea, el punto principal es que necesitamos de un líder de sangre nueva que nos conduzca a Qatar.

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