Desde el 1 de julio, primer día de concentración previa a París 2024, el seleccionador Santi Denia advirtió a sus jugadores de que Uzbekistán, aunque lejos de tener una gran reputación en el fútbol, era un rival peligroso en el partido más importante, el que abre una competición de fútbol corta, con solo dos días de descanso entre partido y partido.
Unas directrices que tardaron muy poco en coger fundamento sobre el césped del Parque de los Príncipes, al que el equipo uzbeko salió con más energía, presionando arriba la salida de balón española y disputando la posesión del esférico.
Un “equipo”, como les definió Santi Denia en la previa, que puso contra las cuerdas a España durante todo el encuentro.
Una selección olímpica español sin ideas, con Pablo Barrios sin ayuda en el centro del campo, con los defensas cometiendo errores con el balón en los pies, blandos, algo que antes del descanso les pasaría factura.
Aunque antes, en el minuto 29, España se adelantó en el marcador en una acción a balón parado para la que no hace falta estar bien en el partido para hacer daño. Sergio Gómez y Abel Ruiz, que llevan jugando juntos en las categorías inferiores de España desde 2016, se asociaron en una falta lateral. Sergio centró, Abel peinó en el primer palo y en el segundo entró Marc Pubill para hacer el 0-1.
Un tanto que daba algo de tranquilidad a una España que no conseguía dominar el juego y lo acabó pagando en una indecisión en el despeje de un balón dentro del área que acabó siendo penal de Pau Cubarsí sobre un Muhammadkodir Hamraliev que se fue al suelo ya sin posibilidad de jugar el balón.
Pena máxima señalada tras la revisión en la pantalla por parte del árbitro mauritano Beida Dahane y que transformó el capitán uzbeko Eldor Shomurodov en el añadido de la primera parte, para delirio de los aficionados de su país que dieron ambiente al partido con cánticos y tambores.
Un punto de penal que no sonrió a España en el Parque de los Príncipes. En la misma portería, ya en la segunda mitad, Sergio Gómez dispuso de una pena máxima para volver a adelantar a España, pero el guardameta Abduvakhid Nematov sacó con el pie derecho el disparo al centro del español.
Minuto 59 y España desaprovechó una oportunidad de la que tres minutos más tarde se redimió en botas también del Sergio Gómez, quien aprovechó un centro raso atrás de Juan Miranda para, un metro más atrás del punto de penal y con el balón en movimiento, hacer el 1-2.
Con media hora de partido por delante, Uzbekistán no perdió la fe e impidió que España controlase el duelo con el balón. Es más, fueron los uzbekos los que inquietaron más la portería de un Arnau Tenas que, aunque no se tuvo que emplear a fondo en su estadio, ya que es jugador del París Saint-Germain, sí vivió en primera persona la inquietud del resultado.
Sin embargo, España pudo resistir las acometidas de Uzbekistán, sobre todo con centros laterales, hasta el final, incluida una revisión de un posible penal que tuvo en vilo a los de Santi Denia durante dos minutos de los ocho de añadido.
Sufrimiento hasta el final para hacerse con tres puntos muy valiosos para arrancar un torneo en el que desde el primer momento los de Santi Denia se dieron cuenta de lo que les va a costar conseguir el objetivo de superar la medalla de plata lograda en Tokio 2020.