Después de la batalla de 2 horas y media ante el ruso Karen Khachanovc, Alcaraz puso a prueba su resistencia, su estado físico tras la lesión que le apartó de Madrid. “Hay que mirar el lado positivo. Es un partido largo que me da confianza sobre todo en ese aspecto”, valoró tras su encuentro ante el ruso. No pareció afectarle mucho, visto su desempeño.
Midió su forma ante un Draper contra el que ya perdió en Indian Wells hace apenas unos meses. Un examen exigente en sus primeros cuartos de final de Roma, los últimos que le faltaban de todos los grandes torneos para completar el círculo en esa ronda.
Apeló el martes a ‘300' con la frase “las flechas taparán el sol"/"pues lucharemos a la sombra” y el clima volvió a brindarle nubes y una ligera amenaza de lluvia. Y bajo ese pretexto se convirtió en un espartano, sobre todo en el segundo set, cuando mejor estuvo Draper. Ahí sacó su mejor resistencia, aplacó al inglés y superó los cuartos de final con otro gran partido. Le desmoralizó por completo con un ‘break’ que sentenció el duelo.
Su comienzo fue muy sólido, sobre todo con el servicio. Ganó sus dos primeros saques con solo un punto en contra. Tuvo solo una pequeña desconexión tras ese buen inicio y encajó el ‘break’ de Draper, el primero del partido.
Algo que, en realidad, le vino bien al murciano porque casi como si hubiera estado esperando ese golpe, casi como su hubiera necesitado estar por debajo para empezar a soltarse, rubricó un final de primera manga casi perfecto. Ganó cuatro juegos seguidos. Dos ‘breaks’. Y cuando lo tuvo en su mano, también supo responder y mantenerse ante la resistencia delo londinense, al que bloqueó dos bolas de rotura para hacer el 6-4 del primer envite.
El segundo set fue complicadísimo. Y eso que le arrebató el primer servicio a Draper. No pudo, sin embargo, confirmar con el propio en uno de los juegos más largos del partido en el que, después de varias oportunidades para cerrar, fue el británico el que aprovechó su única bola de ‘break’.
A partir de ahí y durante un rato de zozbra, Draper tomó el mando. “Intenta mandar tú, eh”, le dijo Juan Carlos Ferrero, su entrenador, desde el banquillo. Salvó una bola de ‘break’ que hubiera sido fatal y empezó su reacción.
Con su saque, 4-3 en contra y ventaja de Draper, se sacó un ‘ace’ para seguir a flote. En el siguiente punto, que casi tenía ganado, un revés largo le volvió colocar contra las cuerdas. No se vino abajo. Repitió otro saque perfecto y ganó punto subiendo a la red. Una derecha angulada y ventaja. Ganó el juego. Puño cerrado y celebración clásica con el 4-4, con rabia y mirando al banquillo.
Recuperó toda la confianza. Y destrozó la moral de Draper con un ‘break’ inmediato en juego blanco. El inglés, en la pausa entre juegos, dio por perdido el partido. Alcaraz lo había desmoralizado. Cerró el murciano con su saque para certificar sus semifinales. Las primeras en Roma y en las que espera al ganador del duelo entre Lorenzo Musetti y el alemán Alexander Zverev, vigente campeón.
