Golpe de efecto el que sufrió el Mundial de Fórmula Uno con el abandono de Hamilton, que tras conseguir el sábado la ‘pole’ partió en el circuito urbano Marina Bay como principal favorito para llevarse la victoria en la carrera singapuresa.
Sin embargo, su McLaren dijo basta por una avería en la caja de cambios en la vuelta 23, cuando el inglés era el líder, y sus rivales aprovecharon para poner tierra de por medio.
El doble campeón mundial Sebastian Vettel fue el mayor beneficiado, al conquistar su segunda victoria de la temporada -vigésima tercera de su vida- y situarse segundo en la clasificación del campeonato, a 29 puntos de Alonso, además de repetir victoria en Singapur, tras su triunfo en 2011.
El español de Ferrari volvió a demostrar su talento y buen hacer, y con un coche que a priori rendía menos que los McLaren y los Red Bull, consiguió ser tercero por segunda vez consecutiva, después de su actuación en Monza (Italia) hace quince días.
De esta manera, Alonso mantiene un cómodo colchón al frente de la lucha por el título, en una carrera accidentada y muy espectacular, gracias al trazado urbano y a la singularidad de disputarlo de noche, aspecto que tiene en exclusiva Singapur.
Entre Vettel y Alonso se metió el británico Jenson Button (McLaren), que nunca tuvo opciones de poder llegar a disputarle el triunfo al alemán, finalmente vencedor con 8,9 segundos de margen al completarse las dos horas de carreras, dos vueltas antes de las 61 previstas sobre Marina Bay.
La degradación de los neumáticos y los posibles errores de los pilotos eran los principales puntos a vigilar en este exigente circuito, y finalmente fueron las averías y los accidentes los que determinaron el devenir de la prueba.
Tras el abandono de Hamilton, Vettel pasó a encabezar la carrera, y cuando se estaba escapando del venezolano Pastor Maldonado (Williams) y Alonso junto a Button, tuvo que entrar en acción el coche de seguridad por un accidente del indio de HRT, Narain Karthikeyan.
Con los monoplazas reagrupados, otro accidente, esta vez con Michael Schumacher (Mercedes) como protagonista arrollando al francés Jean Eric Vergne (Toro Rosso), volvió a hacer trabajar al coche de seguridad en la vuelta 40.
A partir de ahí, y con Maldonado ya fuera de combate por un problema mecánico en su vehículo tras una bonita lucha con Alonso y un fin de semana de altibajos, Vettel completó la parte final de la prueba sin errores, hasta la ansiada victoria, quitándose la espina del ‘cero’ que sumó en el GP de Italia.
Destacó el papel del brasileño Felipe Massa, que entre la incertidumbre por su renovación por Ferrari, acabó octavo cuando su carrera parecía arruinada tras reventar el neumático en la primera vuelta y verse relegado al último puesto.
Por su parte, el mexicano Sergio Pérez no pudo repetir su segundo puesto de Monza y fue undécimo, fuera de los puntos, mientras que el español Pedro Martínez De la Rosa (HRT) logró terminar, esta vez decimoséptimo.
Fue un gran premio emocionante, en el que claramente hubo un gran perdedor con una mala noche, Lewis Hamilton, que vio como Sebastian Vettel y Fernando Alonso, que buscan su tercer título mundial, le toman la delantera en un campeonato que sigue apasionante por lo apretado que está.
Víctor Mur