Sporting de Lisboa superó por 2-1 al Metalist en un partido que solo se animó en la segunda mitad y en el que los portugueses acabaron dejando con vida a los ucranianos al ceder el tanto rival en el tiempo de descuento.
Cuando se veía ya con un pie en la semifinal de la Liga Europa, el Sporting concedió una pena máxima que acabó por convertir el brasileño Cleiton Xavier cuando el partido ya expiraba, lo que deja todo abierto para el partido de vuelta.
Tras una primera parte para olvidar por parte de ambos equipos, el fútbol y las ocasiones acabaron por llegar en la segunda mitad.
Una jugada fabricada por el español Diego Capel y el ruso Marat Izmailov, terminada por este último, y un libre indirecto cobrado por el argentino Emiliano Insúa bastaron al conjunto luso para imponerse ante su afición.
Los primeros 45 minutos parecieron “de tanteo”. Sin casi peligro en ninguna de las dos áreas, tan sólo sobresalieron algunos pequeños destellos de los ucranianos, un conjunto técnicamente muy bien dotado y que intentó doblegar a los lisboetas abriendo el campo.
Precisamente por los extremos fue por donde más peligro llevó, con el brasileño Toisan desafiando constantemente a su par y liderando el ataque ucraniano durante todo el duelo.
Sin sorpresas en la alineación, al equipo entrenado por Ricardo Sá Pinto le faltó músculo para asumir el peso del partido desde el arranque, debido a las ausencias del argentino Rinaudo por lesión y del brasileño Elías por no poder participar en Liga Europa tras disputar la previa con el Atlético de Madrid.
El Metalist se mostró cómodo con el control de la pelota, apenas discutido por un Sporting al que pese a acumular hombres propicios al fútbol de posesión (Matías Fernández, Izmailov y Schaars sobre todo) le costó mover el balón.
De hecho, los dos conjuntos se mostraron más centrados en guarecerse que en ir a por la victoria en los primeros 45 minutos, sin dar oportunidad siquiera a ningún contragolpe, lo que penalizó a “velocistas” como Diego Capel, sin casi espacio para desarrollar su juego.
Las acometidas de los “leones” se limitaron a los instantes finales de la primera mitad, y únicamente por un par de errores consecutivos de la zaga ucraniana.
La más clara la tuvo Van Volfswinkel, el “nueve” del Sporting, que no supo aprovechar un mal rechace del guardameta Goryainov cuando el cronómetro apuntaba ya a la llegada del intermedio.
Un primer tiempo soso y aburrido dio paso a un comienzo algo más movido, y en los primeros minutos portugueses y ucranianos se acercaron con cierto peligro al área contraria.
En la primera jugada a la que el Sporting le imprimió algo de velocidad llegó el gol. Una recuperación de Insúa llegó a las botas de Capel, que arrancó en el centro del campo y jugó con Izmailov, el jugador de más calidad de los verdiblancos, que le tiró la pared al español y acabó remachando a la red el centro por bajo que puso éste.
El tanto, en vez de apaciguar a los lisboetas, les dio alas, impulsados por una afición que empezó entonces a hacerse de notar, y cerca estuvo el chileno Matías Fernández de sorprender al portero rival con el lanzamiento de una falta que se colaba por su escuadra izquierda.
Desprotegidas las defensas el duelo adquirió un ritmo endiablado que también permitió llegar al Metalist al área de Rui Patrício, que respondió bien a un disparo de Jonathan Cristaldo, hoy único punta del conjunto entrenado por Markevich.
Con el duelo totalmente abierto, de nuevo “Matigol” volvió a destilar clase para forzar una falta pegada a la frontal del área, libre directo que acabó por convertir en el segundo gol de la noche un destacado Insúa.
De ahí hasta el final, Carrillo y Jeffrén, que salieron desde el banquillo, lideraron los contragolpes del Sporting, mientras el Metalist rondó el gol en un par de ocasiones de Devic.
Precisamente el futbolista serbio, máximo goleador de su equipo con cinco goles en esta competición, forzó un penalti en el minuto 90 que acabó por convertir Cleiton Xavier, dándole a los ucranianos esperanzas de remontada en su campo. EFE