Rousseff visitó las instalaciones del estadio, que durante el Mundial tendrá 65.000 asientos, cortó una cinta verde y amarilla en la puerta del túnel de vestuarios para simbolizar su inauguración y después se dirigió al césped para hablar y fotografiarse con decenas de los obreros que participaron en la construcción.
A continuación, la mandataria pateó un balón ‘Cafusa’, el modelo que se usará en la Copa de las Confederaciones, desde el círculo central y escuchó un mensaje del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, retransmitido en una de las pantallas gigantes.
En un discurso, Rousseff dijo que la construcción de este estadio “de categoría internacional” demuestra que Brasil “es capaz” de asumir y cumplir sus compromisos.
“Hoy iniciamos la fase decisiva para la preparación de la Copa de las Confederaciones y del Mundial de 2014. Brasil delante del mundo dice: no solo vamos a cumplir con nuestro compromiso. Muestra que está aquí de pie, expresado en el acero y en el cemento”, afirmó la presidenta.
A continuación el estadio fue abierto al público y tras la ceremonia estaba prevista la celebración de un concierto del cantante local Raimundo Fagner en la explanada exterior del recinto, que mide 55.000 metros cuadrados.
El fútbol llegará al estadio por partida doble el próximo 27 de enero, día en el que se jugarán los encuentros Ceará-Bahía y Fortaleza-Sport, de la Copa Nordeste.
De los otros cinco estadios de la Copa de las Confederaciones, el de Belo Horizonte se inaugurará el próximo viernes, mientras que está previsto que los de Río de Janeiro, Salvador, Recife y Brasilia se terminen entre finales de marzo y el 15 de abril, fecha límite impuesta por la FIFA.
El Castelão fue construido en 1973 y, para su reforma, se han invertido 518 millones de reales (unos 246 millones de dólares), lo que exigió la demolición de una tribuna completa y los graderíos inferiores.
El estadio está dotado de una fachada de acero inoxidable y vidrio, de la que sobresalen 60 pilares metálicos blancos de 42 metros de altura que sostienen la cobertura.
El proyecto también incluye un museo del fútbol del estado de Ceará, que tiene vistas al campo, un centro comercial con 58 tiendas, un auditorio, un cine y un edificio auxiliar donde se instalaron dos secretarías de la gobernación desde el año pasado.
El presupuesto de la obra incluye los costos de operación del estadio hasta 2018, según explicó el secretario especial para el Mundial de la gobernación de Ceará, Ferruccio Feitosa.
Después del Mundial, el estadio ampliará su capacidad hasta los 67.037 asientos al eliminar parte del espacio que se dedicará a la prensa.
Fortaleza tendrá uno de los mejores carteles de la Copa de las Confederaciones del próximo junio con el Brasil-México del Grupo A, el partido entre España y el campeón africano por el Grupo B y una de las semifinales.
En el Mundial este estadio recibirá seis partidos, tres de cabezas de serie de la primera fase, entre ellos uno de Brasil, uno de octavos de final y uno de cuartos.