“Me guardo mis pensamientos para mí", dijo Rogge en una conferencia de prensa al término de dos días de reunión del Comité Ejecutivo del COI en su sede central de Lausana (Suiza).
El Comité Ejecutivo conoció los trabajos de la Comisión Ética del COI, cuyo asunto estrella, hasta el pasado fin de semana, era la posible suspensión de Havelange, de 95 años, acusado de haber aceptado sobornos cuando presidió la FIFA entre 1974 y 1998.
Pero Havelange, que afrontaba una eventual suspensión -e incluso la expulsión- en el caso de que el Comité considerara probado que recibió un millón de dólares de una agencia que comercializaba los productos de la FIFA, evitó este “juicio público” al presentar por sorpresa su carta de dimisión como miembro del COI.
Por esta razón, el Comité Ejecutivo no examinó las acusaciones contra Havelange al no tratarse ya oficialmente de un miembro del COI, que, de momento, da carpetazo a este asunto.
Preguntado por Havelange, Rogge fue lacónico: “Recibí la dimisión y fue considerada por el Comité Ejecutivo. Por lo tanto, el señor Havelange ya no es miembro del COI, es ahora una persona privada”.
Rogge no quiso valorar el impacto personal que ha tenido en él el ‘caso Havelange': “No estoy aquí para expresar mis sentimientos. Tengo unas tareas y unas responsabilidades que afrontar”.
El presidente del COI afirmó que no se publicarán las conclusiones de la Comisión Ética sobre el caso Havelange, ya que se trata de documentos confidenciales mientras no son tratados por el Comité Ejecutivo, y señaló que los equipos jurídicos del COI considerarán la posibilidad de transferir esas conclusiones a la FIFA.
Rogge trató de zanjar el tema afirmando que en todo este proceso el COI “ha probado que respeta sus reglas del juego y actúa con un comportamiento ético” y que “no duda en actuar cuando las circunstancias así lo requieren”.
El Comité Ejecutivo sí conoció las recomendaciones de la Comisión Ética sobre los otros dos miembros del COI relacionados con los presuntos pagos de la empresa ISL, que poseía los derechos de televisión de los Mundiales de fútbol, a cambio de un trato de favor.
Se trata del senegalés Lamine Diack, presidente de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), y el presidente de la Confederación Africana de Fútbol, Issa Hayatou, que han negado en todo momento haber actuado de manera deshonesta.
El Comité Ejecutivo, según anunció el presidente del COI, resolvió dar un “aviso” a Diack y una “reprimenda” a Hayatou, en lo que consideró un ejercicio difícil, ya que “es triste tener que aplicar la disciplina a colegas que también son amigos”.
Rogge explicó que la diferencia entre el aviso y la reprimenda, es que lo primero es una sanción y lo segundo no, y que, en cualquier caso, no se trata de una suspensión, por lo que ambos podrán ejerciendo sus labores en el seno del COI.
“Por emplear un símil futbolístico, les hemos sacado la tarjeta amarilla y pueden seguir jugando”, declaró.
Rogge se refirió también a la situación del presidente de la Asociación de Comités Nacionales Olímpicos (ACNO), el mexicano Mario Vázquez Raña, y aseguró que no habrá ningún cambio antes de finales de año.
“El señor Vázquez Raña es un miembro (del COI) hasta el 31 de diciembre de 2011 y será el presidente hasta entonces. Después, en una etapa posterior, tomaremos una decisión”, manifestó.
Vázquez Raña, que también preside el organismo Solidaridad Olímpica, tiene que renunciar al cumplir 80 años y su plaza en el Comité Ejecutivo queda vacante, con varios aspirantes en línea.
Por último, el Comité Ejecutivo escuchó en esta jornada el estado de los preparativos de los próximos Juegos Olímpicos: Londres 2012, Sochi 2014 (Juegos de Invierno) y Río de Janeiro 2016.
Según Rogge, las presentaciones evidenciaron que estas citas se afrontan desde una posición financiera “solida” y con un grado de preparación organizativa “excelente”.