Considerado uno de los más grandes boxeadores cubanos de todos los tiempos, Stevenson era vicepresidente de la Federación Cubana de Boxeo y trabajaba en la Comisión Nacional de Atención a Atletas Retirados y en Activo del Instituto Nacional de Deportes y Educación Física (Inder, oficial).
Stevenson participó el pasado sábado en una caminata celebrada en La Habana a propósito de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, junto a más de 100 figuras destacadas del deporte de la isla.
La televisión estatal resaltó hoy sus “triunfos, sencillez y patriotismo” y afirmó que “más allá de la gloria conquistada sobre los cuadriláteros su muerte “deja un vacío incalculable en el seno del deporte revolucionario cubano”.
Conocido popularmente como ‘Pirolo’ o ‘el Gigante del Central Delicias’, en alusión a la localidad de la provincia oriental de Las Tunas donde nació el 29 de marzo de 1952, Stevenson ganó todos los títulos de la Asociación Internacional de Boxeo Aficionado (AIBA).
Siguió los pasos como aficionado de boxeadores como Cassius Clay, George Foreman, Ken Norton o Laszlo Papp. Fue campeón mundial de los pesos semipesados en 1969 y pasó a la categoría máxima un año después para proclamarse campeón del Caribe.
Los primeros Juegos Panamericanos en los que participó fueron los de Cali, en 1971, pero logró su primer oro panamericano en el peso completo, en los de México'75.
Tenía entonces 25 años cuando se coronó por primera vez campeón olímpico en Múnich'72 y mundial, y desde entonces no dejaría de acumular títulos que le convirtieron en el mejor púgil aficionado de la historia: Montreal'76, San Juan'79 y Moscú'80 y varios mundiales.
También fue triple campeón como mediano y mediano ligero y tricampeón mundial en La Habana'74, Belgrado'78 y Reno'86.
En su brillante trayectoria se suman los títulos de bicampeón centroamericano y del Caribe en 1974 y 1982, fue seis veces campeón de los centroamericanos de boxeo entre 1970 y 1977.
Se destacó por la potente pegada de su derecha que, según los especialistas, puso fin a la mayoría de sus combates.
Después de la formidable victoria en el mundial de la ciudad estadounidense de Reno, en 1986, el gran campeón isleño decidió colgar los guantes. Se despidió en julio de 1988 durante el torneo internacional de boxeo Giraldo Córdova Cardín.
En total, registró 301 victorias en los 321 combates que libró a lo largo de 20 años sobre el cuadrilátero. Apenas acumuló 20 reveses, dos de ellos ante el púgil ruso Igor Visotski.