“Con excepción de Porto Alegre, estamos en día con todos los cronogramas de construcción de estadios y en algunas ciudades hasta adelantados”, dijo en entrevista con una red de radios públicas.
El ministro, que asumió el cargo hace menos de dos meses, afirmó que en ese tiempo ya verificó la situación en cada una de las doce ciudades y apenas encontró problemas en Porto Alegre.
“Tenemos un atraso que tiene que ser recuperado en el estadio de Porto Alegre debido a que el consejo del club Internacional está dividido por una polémica sobre el contrato que fue votado, pero nada que comprometa el calendario”, afirmó.
Según Rebelo, las obras en Porto Alegre están paralizadas debido a que algunos consejeros del club Internacional, propietario del estadio que será sede del Mundial en esa ciudad, quieren modificaciones en el contrato que fue votado.
“Eso paralizó el inicio de las obras. Conversé con los consejeros del Inter y con las autoridades municipales y regionales de Porto Alegre para pedirles una rápida decisión, para que podamos tener una referencia del inicio de las obras”, aseguró.
“La demora evidentemente puede comenzar a comprometer el calendario en Porto Alegre, lo que no es recomendable para la ciudad ni para el país. Esperamos una decisión lo más rápido posible para que las obras puedan ser iniciadas”, agregó.
Según Rebelo, hasta en Sao Paulo, última ciudad en contar con el estadio aprobado por la FIFA y en donde las obras comenzaron hace pocos meses, la construcción se encuentra dentro de lo previsto.
“Estamos dentro del calendario en todas las ciudades, no hay nada comprometido y tendremos condiciones de concluir las obras a tiempo. Nuestro problema es tener rigor en el control (de la ejecución de las obras)”, afirmó.
El ministro agregó que el estadio de Fortaleza se encuentra con más del 45 por ciento de las obras ejecutadas, por delante de la meta que se tenía para el final de este año.
“Pueden decir que estoy exagerando pero si Brasil necesitara organizar el Mundial en dos meses, estaríamos preparados. Tenemos modernos estadios entre los ya existentes y condiciones plenas de realizar el Mundial”, afirmó.
Rebelo agregó que, pese a algunas diferencias naturales, el Gobierno está cooperando con la FIFA y con el Comité Organizador Local (COL) del evento para garantizar un Mundial exitoso.
Según el ministro, las diferencias entra ambas partes, como el rechazo de la FIFA a que Brasil ofrezca descuentos en las entradas a ancianos y estudiantes de escuelas públicas, comenzaron a superarse.
“Le pedí a la FIFA que se ofrezca parte de los ingresos a bajo precio para la población de baja renta, los indígenas, los ancianos y los estudiantes, y obtuvimos una respuesta satisfactoria”, dijo.
“Hay un compromiso de los organizadores de ofrecer a esos sectores una parte de los ingresos a un precio de 25 dólares, que es un precio razonable. No resuelve del todo la situación porque gran parte de la población es pobre y para ellos ese precio es elevado, pero es algo más justo”, dijo.
“Les dije que no podíamos organizar un Mundial en Manaus (en la Amazonía) sin un indio en el estadio. Brasil es muy desigual y la población pobre no puede ser retirada de la fiesta. La FIFA comprendió esas preocupaciones y creo que podremos garantizar el acceso de toda la población al Mundial”, puntualizó.