Después de oír durante varios minutos los coros racistas, el defensa brasileño del Roma Juan reaccionó y al inicio de la segunda parte mandó callar a los hinchas del Lazio, pero estos no se detuvieron.
Por lo que finalmente, el árbitro del encuentro Mauro Bergonzi llamó al capitán del Lazio, Stefano Mauri para advertirle de que o terminaban los coros o podía decretar la suspensión del encuentro.
Mauri intentó calmar a los aficionados y después desde los altavoces se recordó que el club es responsable del comportamiento de sus aficionados y podría recibir sanciones.
El derbi continuó con la victoria del Lazio por 2-1, pero quedó empañado por un episodio protagonizado por el comportamiento de unos pocos ultras.