En la tarde de Matías Lequi y Rodrigo Teixeira, Sportivo Luqueño goleó a Rubio Ñu por 4 a 1. De la mano de Eduardo Rivera parece que el auriazul encontró el rumbo en el campeonato mientras que el conjunto ñuense, que tiene la soga a su cuello, quedó mal herido en el campeonato. El equipo de Pablo Caballero mostró su peor imagen en lo que va del Apertura.
EL PARTIDO. El primer tiempo fue más que entretenido y emocionante en la Arboleda. El Sportivo Luqueño entró con mucha convicción y puso en aprietos al conjunto albiverde. Los de Eduardo Rivera generaron buenas ocasiones a través de la pelota quieta, acechó el arco de Diego Morel con insistencia y a los 14 minutos ya cayó el último bastión de la defensa ñuense.
Falta de Arnaldo Vera a metros del área, Diego Ciz se encargó de la ejecución y Matías Lequi completó la conexión rioplatense con un tremendo cabezazo para desatar la máxima emoción en los visitantes. El gol en contra cargó de responsabilidad a los de Pablo Caballero pero no pudieron soltarse rápido de la modorra y se dejó dominar en el compromiso.
Los ñuenses no se encontraron en el partido por lo que le costaba una enormidad arremeter con peligro. Un remate desahuciado de Jorge Ortega motivado por sus buenos antecedentes quiso marcar el camino hacia la igualdad. En el peor momento del conjunto local, llegó la igualdad para poner en vigencia aquella célebre frase de Dante Panzeri que el fútbol es la dinámica de lo impensado.
A los 26 minutos, Rubio Ñu encontró el empate a través de un gran cabezazo de Jorge Ortega, pero el equipo en un abrir y cerrar de ojos tiró por la borda su esfuerzo y abofeteó la suerte. Denis Caniza cometió un error infantil y Lequi ajustició a Morel desde los 12 pasos cuando transcurrían 29 minutos. El argentino vivió 15 minutos inolvidables, gritó dos goles para dejar en claro que estaba en su tarde de gloria.
El resto del primer tiempo fue muy auriazul. Tuvo tres ocasiones propicias para alargar la diferencia pero una combinación entre la falta de eficacia y el mérito de arquero determinó que el marcador no se moviera.
Un zurdazo de Ciz que tapó bien Morel, un tiro cruzado de Manuel Maciel que salió desviado y un potente remate de Leo Delvalle que dio en el travesaño evidenciaron la amplia superioridad de Luqueño.
La primera fracción se fue caliente, porque Caballero entró a recriminar a Lequi por la dedicatoria en el gol y cuando comenzó la complementaria el DT fue expulsado por el árbitro central Ulises Mereles.
Con la derrota a cuestas, Rubio Ñu se jugó al todo por el todo. El lateral Gustavo Giménez dejó el campo por el enganche Diego Figueredo para intentar darle un poco más de fútbol. El partido se empezó a trabar en el mediocampo y el local encontró su chance a través de un tiro libre que Mazacotte quiso colocar pero Tobías atajó con suficiencia.
Rivera siguió apostando por Teixeira que hasta ese momento hizo poco en el partido, prescindió de Derlis Alegre y mandó al campo a Juan Manuel Lucero de buen partido ante General Díaz. Pero el brasileño respondió con gol la confianza del DT charrúa. A los 21 minutos, el atacantre aprovechó la negligencia del fondo entre Denis Caniza y Celso González Ferreira para convertir el tercero auriazul y acercar la victoria.
La ventaja golpeó fuerte al local, se durmió en el partido y se salvó de una goleada mayor. Cerca de los 34 minutos, Aquilino Villalba aprovechó la falta de coordinación pero su remate estrelló en el travesaño. Y lo que no se hace en el área rival, se paga en el arco. Sergio Vergara piso el área, esquivó a Morel y cedió el balón a Rodrigo Teixeira para mandar a la red y dejar mal herido a Rubio Ñu.