13 dic. 2024

Entre el miedo y la ansiedad, Paraguay se olvidó de jugar

La ansiedad con miedo y el miedo con ansiedad contribuyen a robarle al ser humano sus cualidades más esenciales. Una de ellas es la reflexión": Konrad Lorenz

Lo que más temíamos ocurrió, nos quedamos fuera del Mundial y nuevamente hay que arrancar otro día con ese vacío existencial que te roba el estado de ánimo y te hace afrontar la jornada laboral o académica con otra actitud. Porque en realidad ni me quiero imaginar lo que hubiese sido tu día y los otros, si sacábamos el boleto para Rusia. Pero, la ansiedad y el miedo a quedarnos fuera, pesaron en el equipo una vez más.

Más allá del análisis táctico, estratégico, quién debe estar o no, si hay o no hay “chonguismo”, que para mí pasan a segundo plano y tercer plano también. No cabe duda que uno de los principales dilemas de nuestros ‘leones’ pasa por lo mental. Pareciera que aún no están preparados para cargar con la presión y el rigor de afrontar con carácter y serenidad los momentos donde los miedos emanan.

Todo empezó allá por marzo del año pasado, en los últimos encuentros con Ramón Díaz al frente de la Selección y en el que nuestras ilusiones de ir al mundial se diluían cada vez más por el desempeño del equipo, y más con los empates 2-2 ante Ecuador en Quito y el Brasil de Dunga, el peor de la historia en aquel entonces.

Pero luego, volvió Chiqui para arrancar un nuevo proceso. Nadie estaba interesado si jugaba o no la Albirroja y es más, era tanto el desinterés que muchos ni sabía a quiénes enfrentaríamos en el siguiente combo. Allá por septiembre nos tocaba Chile en el Defensores. ¿Qué pasó? No había presión, no había miedo, no había ansiedad. ¿Cómo terminó? Paraguay, increíblemente derrotando a la última campeona de América y una de las mejores selecciones del mundo en ese momento (2 - 1).

Volvimos a revivir, a creer, a ilusionarnos y crear toda la parafernalia emocional que genera el fútbol cuando nos va bien. Cinco días después volvimos al ¿Cuánto gana Paraguay hoy?, ¿Quiénes hacen los goles?, las promociones, sorteos etc... Volvimos a meter presión al equipo y este plantel de ‘pibes’, promedio de 24 y 25 años fue a Montevideo y se comió 4, trayéndonos de nuevo a la realidad.

Al mes siguiente, Colombia nos viene a ganar por la mínima para sellar nuestro colectivo pensar, que no vamos a Rusia. Sin embargo, cinco días más tarde íbamos a Córdoba para enfrentar a la Argentina del mejor jugador del mundo con las ilusiones guardadas junto a nuestra camiseta, allá en fondo del cajón. ¿Qué pasó? Sin presión, sin miedo, sin ansiedad, fuimos y ganamos por primera vez en la historia a la Albiceleste, en su territorio y volvió la euforia a la décima potencia.

Para el mes posterior, otra vez la caravana desde Ypané, la Albirroja por todos lados y un Defensores repleto para apoyar al equipo que enfrentaba a Perú, que sin piedad nos encajó 4, ganándonos después de 12 años. Cinco días después ya sabíamos lo que nos esperaba en la altura ante Bolivia y así fue, esa caída de 1-0 ya ni siquiera dolió.

Nuevamente, para marzo de este año, sin presión, sin miedo, sin ansiedad vinimos a ganarle a Ecuador 2-1 de local. Luego el Brasil de Tité nos aplastó a su gusto y paladar en San Pablo (3-0) para poner la firma de que ¡NO VAMOS AL MUNDIAL!

¿Se repite la historia? Sí. Sin presión, sin miedos, sin ansiedad fuimos a Chile con la esperanza de traer un empate por lo menos. El resultado, 0-3 a favor de la Albirroja que se sacaba el tubo de oxígeno para meterse devuelta en la pelea por un cupo. Cinco días después, el Defensores era una caldera y Uruguay nos volvió meter en terapia intensiva, ganándonos por primera en la historia en nuestro país y dejando nuestro pasaporte en manos de otros.

Hasta que llegó el último combo. Y las esperanzas de ganar en Colombia eran mínimas, nunca ganamos allá (Barranquilla) y una histórica remontada hizo estallar uno de los festejos más celebrados desde aquel histórico pase a cuartos en Sudáfrica.

Pero ante Venezuela, dependíamos de otros resultados, que se dieron tal y como debieron darse para alcanzar por lo menos el repechaje, siempre y cuando nosotros sacáramos un triunfo, que no se pudo dar inexplicablemente. Repetimos... la energía, la presión, el miedo de quedar afuera volvieron a emerger de la mente de los jugadores, que pasados de revoluciones no pudieron desenvolverse básicamente en el terreno de juego.

Ese miedo los volvió a abrazar y se olvidaron de que el FÚTBOL en su esencia es un juego, y en un juego hay que jugar. Valdano en uno de sus libros decía: “LOS GOLES NO SE BUSCAN, SE ENCUENTRAN, MIENTRAS TANTO JUGUEMOS”.

Para los que están, y seguirán estando, y a los que se les sumarán otros grandes jugadores, que traerán muchas alegrías a este suelo, que no brinda otro medio para el escapismo, si no es a través del fútbol: “No se olviden de jugar, pero superen sus miedos, que cada uno de ellos es un deseo o un sueño que se oculta”.