Carlos “el Indio” Solari es uno de los fundadores de la hoy mítica y disuelta banda conocida como Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, o simplemente: Los Redondos.
El mismo, al igual que Skay Bellinson y los demás exmiembros, continuó por su parte una carrera como músico en otro proyecto el cual fue agigantando su bizantina figura.
No obstante, con el tiempo, sus canciones compuestas en base a complejas metáforas y un melodioso ritmo rock and roll fue ganando adeptos entre las clases populares de la costa rioplatense.
Actualmente su obra goza de una identificación tal que resulta hasta normal observar a un montón de hinchadas organizadas ondeando banderas con el logo de la agrupación, a lo largo y ancho de las tribunas de esta parte del mundo.
Pese a las diferencias idílicas, o no, que existen entres los hinchas de clubes; en los recitales que el Indio presenta, como el último en la ciudad de Olavarría (el cual dejó una serie de acontecimientos que lamentar), la verdad es que en la práctica la gente se une en torno a lo que denominan como “sentimiento ricotero”.
Una especie de comunión que deja de lado cualquier tipo de violencia para por sobre las camisetas fundirse en sinceros abrazos y al coreo de los temas más simbólicos del conjunto, como Juguetes Perdidos.
Balada que hace alusión a la historia de un joven fanático de los Redondos, quien había fallecido en la fecha de un concierto de la banda en 1991, producto de la violencia policial. Un hecho que hoy nos recuerda a Kike Bispo, alguien que en tiempos pasados animaba con pasión a la murga del club Olimpia desde las gradas.
Hombre que más allá de las etiquetas fue para propios y extraños una excelente persona. Hoy ya no está, dejó el mundo terrenal por causas poco claras, justamente el pasado sábado 11 de marzo, en los alrededores a la sede de la última “misa”. Una cuestión de la que sin un conocimiento acabado del tema resulta mejor optar por no hablar de ello.
Sin embargo, aquí o allá, los tributos serán siempre necesarios. Para vos esta canción.