Estados Unidos regresará a su hábitat natural, la final olímpica, tras avasallar a una corajuda Argentina (83-109) que resistió la embestida de su rival hasta el tercer cuarto, cuando Kevin Durant anotó cuatro triples para romper definitivamente el partido.
Estados Unidos se medirá a España en la final del próximo domingo, una reedición de la que tuvo lugar en Pekín 2008, que acabó con victoria para los norteamericanos por 118-107.
Los jugadores de Mike Krzyzewski salieron al partido como si les fuera la vida en ello. Enchufados desde el arranque y con una gran actitud defensiva desde el primer minuto, comenzaron a labrarse una pequeña ventaja gracias a los tres triples de Bryant en menos de cinco minutos (6-18) frente a un rival errático que despertó gracias a la vieja guardia de la Generación Dorada.
Entre Luis Scola, Manu Ginóbili y Andrés Nocioni construyeron un parcial de 11-1 para reducir el déficit (17-19) pero una centelleante penetración de Russell Westbrook y un triple de Deron Williams dejaron las cosas en 19-24 al final del primer cuarto.
El espíritu de Argentina no se detenía a pesar de la arrolladora propuesta estadounidense. El equipo de Julio César Lamas desplegó todas sus armas en ataque -magnífico Carlos Delfino-, complicó a su contrincante con una exigente defensa en zona y se dejó el corazón en la pista.
Pero enfrente había dos jugadores superlativos ofreciendo un recital de juego imparable. LeBron James y Kobe Bryant. De nuevo ofreciendo lo mejor de sí mismos. Peleando cada balón. Lanzándose al parqué. Honrando la camiseta de las barras y las estrellas.
Lo cual engrandecía más aún el esfuerzo albiceleste, cuyos hombres llegaron a situarse a siete (40-47) al descanso tras un triple de Ginóbili sobre la bocina.
Para entonces la superioridad en el rebote ya se antojaba insalvable (12-23). Pero la fe de Argentina traspasaba cualquier frontera racional, sobre todo si se cimentaba en el mejor jugador de la historia del país.
Otro lanzamiento exterior de Ginóbili apretó aún más las cosas (43-47) tras el paso por los vestuarios mientras su rival no disfrutaba de la misma suerte desde los 6,75 (5/17). Sin embargo esa circunstancia cambió con la irrupción de Durant y su fusil, que provocaron que Argentina hincara la rodilla.
El cuarto triple firmado por la estrella de los Thunder en el tercer periodo disparó de forma abrumadora a los vigentes campeones (53-72) en pleno despliegue de facultades de James, cómodo en su papel de distribuidor.
A los sudamericanos sólo les quedaba seguir luchando con la cabeza alta. Y así fue. El esfuerzo siempre estuvo en la pista, incluso cuando Carmelo Anthony tomó el testigo de Durant y ametralló el aro rival con tres triples consecutivos (64-93). La albiceleste se despedía de la final con el bronce aún en mente. Ante Rusia dirá su última palabra. EFE