12 dic. 2024

Dinamarca, Croacia y España tratarán de acabar con la leyenda francesa en el Mundial de Balonmano

Madrid, 9 ene (EFE).- Instalada en la leyenda desde el año 2010, cuando se convirtió en el primer conjunto en encadenar el título olímpico, mundial y continental, la selección francesa afronta el Mundial de España con el objetivo de consagrarse como el mejor equipo de todos los tiempos, el primero en ceñirse por quinta vez la corona universal.

Un reto en el que intentarán hacer fracasar el gigante francés las selecciones de Dinamarca, la vigente campeona continental, Croacia y España, que amparada en su condición de local, tratará de apuntarse su segundo título mundial, ocho años después de subir a lo más alto del podio en el año 2005 en Túnez.

Misión nada sencilla para daneses, croatas y españoles, dada la voracidad del equipo dirigido por Claude Onesta, al que ningún título, ni récord parece suficiente, empeñado como está, en que nada ni nadie pueda equiparse a su leyenda.

Una leyenda, que puede convertirse en mito si el próximo día 27 los galos logran conquistar su tercer Mundial consecutivo, un reto en el que fracasaron las selecciones de Suecia, campeona en los años 1954, 58, 90 y 99, y Rumanía, ganadora en las ediciones de 1961, 64, 70 y 74, las únicas junto a Francia, que cuentan en sus vitrinas con cuatro títulos universales.

Reto hercúleo para el que el equipo francés ha encontrado la motivación necesaria en su deseo de resarcir a su gran estrella, Nikola Karabatic, obligado a abandonar las pistas durante un mes, tras ser detenido a finales del mes de septiembre por su presunta implicación en una trama de amaño de partidos.

Para ello, Onesta confiará en el mismo bloque, con la excepción de los veteranos Bertrand Gille, lesionado, y Guillaume Gille, que puso fin a su carrera internacional tras la cita olímpica, que conquistó el pasado verano su segundo oro consecutivo en los Juegos de Londres.

Un grupo cargado de talento, poderío físico y experiencia, que puede presumir de ser el único de contar en sus filas con tres jugadores distinguidos por la Federación Internacional como mejores balonmanistas del Mundo, Karabatic en el año 2007, el portero Thierry Omeyer en el 2008 y el lateral Daniel Narcisse, elegido esta semana mejor jugador del año 2012.

Galardón en el que el jugador del Kiel alemán toma el relevo al danés Mikkel Hansen, la súper estrella a la que se aferra el conjunto nórdico, para tratar de acabar en España con la hegemonía francesa.

Dinamarca necesita para ello que el joven lateral olvide la gris versión que ofreció en Londres y recupere el nivel de juego que mostró en el Mundial de Suecia 2011, donde los de Ulrik Wilbek cayeron en la final ante Francia en la prórroga, y, sobre todo, en el Europeo de Serbia 2012, donde un espectacular Mikkel Hansen condujo a los nórdicos al oro.

Pero los argumentos del conjunto danés, que busca su primer título mundial, no se limitan al talento de Hansen, que volverá a hacer gala de su trepidante y variado juego ofensivo al que añadir la solidez defensiva, sustentada en la seguridad bajo los palos del joven guardameta Niklas Landin.

Al igual que España que cimenta sus opciones al oro en su férreo muro defensivo, donde jugará un papel determinante el portero Arpad Sterbik, el único capaz de discutir a Omeyer el título de mejor cancerbero mundial, así como en la efectividad en ataque del pivote Julen Aginagalde.

Protagonismo que recaerá en el conjunto croata, bronce en los Juegos Olímpicos, en la pareja que conforman el pivote Igor Vori y el central Domagoj Duvnjak, que ausente Ivano Balic por decisión técnica, deberá asumir el liderazgo que se le presume desde su irrupción en la elite mundial.

Terna de favoritos, a la que se unen en un segundo plano selecciones como Polonia, el gran ‘tapado’ del Mundial, Hungría o Islandia, que tratarán de aprovechar el cambio de formato, con la inclusión de eliminatorias directas a partir de octavos de final, para tratar de protagonizar la sorpresa.

Javier Villanueva