Ferrer, séptimo cabeza de serie del torneo, superó la tercera ronda en la pista central del All England Lawn Club al materializar una trabajada victoria contra el estadounidense Andy Roddick, por 2-6, 7-6(8), 6-4 y 6-3 en dos horas y 38 minutos.
El español se plantó por cuarta vez en su carrera en una ronda de Wimbledon que no ha logrado superar hasta ahora, después de vencer en los partidos anteriores al gigante francés Kenny De Schepper, de más de dos metros de altura y con un saque temible, y al alemán Dustin Brown, que no le puso las cosas fáciles al quinto tenista del mundo.
A sus 30 años, Ferrer es el único tenista español que sigue vivo en una inesperada edición de Wimbledon en la que el hasta ahora número dos del ránking, su compatriota Rafael Nadal, quedó apeado tras perder en la segunda ronda frente a un tenista casi desconocido, el checo Lukas Rosol, número 100 del mundo.
Además, Nicolás Almagro y Fernando Verdasco, los otros dos españoles entre los cabezas de serie, fallaron en tercera ronda ante el francés Richard Gasquet y el belga Xavier Malisse respectivamente.
A pesar de ocupar un puesto en el ránking de la ATP veinte posiciones por delante que el de Roddick (el estadounidense es el 25 del mundo), Ferrer sufrió hoy para doblegar al tres veces finalista en Wimbledon, de 29 años.
El de Nebraska noqueó al español durante los primeros cuatro juegos de un duelo en el que Ferrer no apareció realmente en la pista hasta el quinto juego, que se anotó en blanco para marcar su terreno ante el estadounidense.
Ese punto de inflexión no le sirvió al de Jávea para hacerse con una manga que ya estaba perdida, pero sí para cambiar la dinámica de un encuentro que estaba tomando un cariz tenebroso para él.
A partir de ahí, Ferrer tuvo que abrirse paso golpe a golpe a través de un encuentro trabado, en el que el juego de Roddick parecía no tener fisuras y en el que el español se defendía desde el fondo de la pista de un rival que trataba de amedrentarle con continuas subidas a la red.
El español tenía sin embargo las ideas más claras que al comienzo del duelo, había superado los nervios iniciales y mostraba el mismo juego solvente que le deparó su cuarto título de la temporada hace apenas unos días, en Holanda.
Con paciencia, Ferrer fue poco a poco derribando las defensas de Roddick hasta hacerse con el duelo en el cuarto set, con lo que selló su pase a octavos, donde se verá las caras con Del Potro.
“No va a ser fácil. Tengo que mantener un buen porcentaje con mi primer servicio y dominar los primeros golpes. Cuando aquí (sobre hierba) pierdes la iniciativa no es como en tierra batida o en pista rápida, cuesta mucho más recuperarla”, advirtió Ferrer.
Ambos tenistas se han enfrentado en seis ocasiones, de las que cuatro se han decantado a favor del español, entre ellas la única en la que se han batido sobre hierba, en 2008, en la semifinal de s-Hertogenbosch, en Holanda (7-6(4) y 6-1).
“Recuerdo que aquel partido fue uno de los mejores que he jugado en hierba. Juan Martín no era el jugador que es ahora, pero ya apuntaba maneras”, rememoró el español.
El valenciano afronta esta temporada su décimo torneo en el All England Lawn Club, tras alcanzar las semifinales en la tierra batida de París, donde fue apartado por Nadal en su camino hacia su séptimo Roland Garros.
Guillermo Ximenis