Roman Bürki, arquero suizo de 26 años del Borussia Dortmund, tiene una particular manía que generó la simpatía de propios y ajenos.
Antes del comienzo de cada encuentro, el portero del Dortmund se acerca a la zona del sorteo y se “roba” la balón del juego. No le molesta interrumpir a los árbitros o incluso tener que sacársela a un niño.