El ramillete de buenos jugadores que tiene el tenis argentino, encabezados por el joven Juan Martín del Potro, actualmente el undécimo del mundo, hacen prever que a la quinta final no tardará en llegar y que puede ser la de la vencida.
En Sevilla, el equipo albiceleste llegó con la idea de tomarse la revancha de la anterior final, en 2008 en Mar del Plata y también ante España, pero entonces con todos los pronósticos favorables al jugar como local, en pista dura y sin la presencia del lesionado Rafael Nadal.
España dio la sorpresa y dejó al equipo sudamericano sin el título de campeón, y en esta ocasión llegó a Sevilla con todos los factores en contra, al jugar como visitante, en arcilla y con Rafa Nadal como estandarte del adversario.
El capitán del equipo argentino, Modesto ‘Tito’ Álvarez, metió en el emparejamiento con Nadal, que fue el que abrió el torneo, a Juan Mónaco, el número 26 de la ATP y que ha acabado bien la temporada, pero que, salvo sorpresa, tenía pocas posibilidades ante el número dos del mundo.
Así fue y el mallorquín superó al tenista de Tandil en tres sets (6-1, 6-1 y 6-2) y el primer punto cayó del lado local, algo en las previsiones de Argentina.
No estaba tanto en la planificación de los sudamericanos el que en el segundo choque, David Ferrer se impusiera al número uno argentino, Del Potro, pero en un partido maratoniano, de casi cinco horas, el español ganó en cinco sets y dejó la primera jornada encarrilada para España y torcida para Argentina.
Otra de las novedades tácticas de Tito Álvarez fue utilizar a David Nalbandian en el dobles y además hacerlo con el que parecía que era el quinto hombre del equipo, Eduardo Schwank.
Parecía que Nalbandian, con una dilatada experiencia en el circuito internacional y en la Copa Davis, iba a ser el número dos en Sevilla y que la pareja de dobles la formarían Mónaco y Juan Ignacio Chela, pero prefirió buscar la sapiencia de Nalbandian junto con el finalista este año de Roland Garros para superar a los españoles Fernando Verdasco y Feliciano López.
Los cambios salieron bien en esta ocasión y el dobles argentino superó con tremenda facilidad al español en tres sets, lo que daba opciones para la tercera jornada.
Del Potro era, según su capitán de equipo, “el único que hoy le puede ganar a Nadal” y si se daba esa posibilidad, tenía Tito Álvarez guardado el ‘As’ en la manga de cambiar el emparejamiento final y poner a Nalbandian en lugar de Mónaco para medirse a David Ferrer, muy castigado físicamente dos días ante en su partido ante el número uno argentino, y con ello ampliar las posibilidades de victoria.
Pero todo falló cuando Nadal se recuperó ante Del Potro en el cuarto y a la postre definitivo partido de la final, ya que la Torre de Tandil sorprendió con un 6-1 en la primera manga y mantuvo su intensidad hasta mediados del segundo set.
Del Potro no se rindió y el partido se alargó hasta una muerte súbita en la cuarta manga, que cayó del lado español y con ello el triunfo en la final de la Copa Davis.
No hizo falta disputar un quinto encuentro y ahora empieza la planificación de una nueva edición de la Copa Davis, en la que Argentina volverá a buscar con fe una Ensaladera de Plata que tanto se le resiste.
Antonio Gutiérrez