16 ene. 2025

La gran conquista (II)

Vivir en el centro del casco antiguo asunceno y cerca de la Costanera Norte nos han permitido compartir y sobre todo disfrutar en toda su plenitud de dos eventos extraordinarios registrados en los últimos años en nuestra ciudad capital, con epicentro de su previa en aquellos sitios.

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Fiesta total en la final de la Copa Sudamericana, en Asunción.

Foto: Última Hora

POR Lorenzo Villalba- @loviga69

Me refiero a las finales de la Copa Sudamericana, La Gran Conquista, la del 2019 entre Colón de Santa Fe e Independiente del Valle de Ecuador y la reciente, la de Racing de Avellaneda vs. Cruzeiro de Belo Horizonte.

Ambos acontecimientos fueron un hermoso caos por la cantidad de extranjeros, principalmente argentinos, que llegaron a la ciudad, que gozaron y vibraron como si estuvieran en su propia casa.
La semana pasada miles de hinchas extranjeros volvieron a copar las calles asuncenas lo que fue bien aprovechado por los lugareños para armar pequeños puestos de negocio para vender comida, bebida, camisetas, banderas, etcétera.

Esto brinda, sin lugar a dudas, un importante oxígeno económico a través del fútbol, donde mucho tiene que ver la confianza de la Conmebol, liderada por el paraguayo Alejandro Domínguez, que volvió a jugarse por la sede de La Nueva Olla. Y volvió a acertar.

Pero acá la gran abanderada por la imagen descomunal, por el pedestal de oro en que quedó el nombre de Paraguay, es la ciudadanía.Paraguay volvió a conquistar a los 40 mil visitantes o más que llegaron al país, así como ya ocurrió hace cinco años.

La ciudadanía sacó a relucir su mejor carnet de hospitalidad para brindar una atención muy aplaudida por los mismos argentinos. hecho resaltado hasta el cansancio por los visitantes. En dos o tres días de cruces de grandes masas de muchedumbre, mezclados paraguayos, argentinos y brasileños, no se informó de incidentes lo que habla de la madurez general, principalmente de nuestra ciudadanía.

La conclusión es la misma de hace cinco años: Tuvimos un brillante comportamiento. Ver en las redes sociales y en los medios de comunicación a los hinchas y al propio Gustavo Costas y a su club colmar de elogios a nuestro país nos enorgullece profundamente.

Es obvio que cuando queremos, podemos dejar de lado esa actitud hasta criminal que se vive diariamente en nuestras calles, por ejemplo, de automovilistas hacia ciclistas, a los que nos tienen un “hambre”. Ver tanta amabilidad y tolerancia en las calles fue un oasis de dulzura.

Pero no confundamos las cosas.Los laureles son para la ciudadanía, no para las autoridades, que si bien en materia de seguridad brindaron un buen despliegue en la vía pública y en el estadio, no faltaron quienes quisieron subirse al carro ganador. No señor. Acá todo el mérito es de la ciudadanía, un país que enorgullece, que sin embargo difiere de su actual clase política desvergonzada y corrupta.

Nuestro país está lleno de gente decente, solidaria y trabajadora que no se merece a los políticos insaciables e impresentables que copan hoy en día el Congreso Nacional y que se mueren de ganas de colgarse del saco de la hermosa ciudadanía paraguaya reconocida por el mundo entero, una vez más.