Un apoteósico homenaje en un Parque de los Príncipes a rebosar puso la guinda a las celebraciones de la primera Liga de Campeones del París Saint-Germain (PSG), tan ansiada como esperada después haber sufrido sonados reveses en el torneo, a pesar de la fuerte inversión realizada por sus dueños cataríes desde 2011.