Algunas instituciones ya venían con deudas desde antes de la pandemia y por tanto, la crisis tan sólo es una excusa para tapar la desprolijidad en el manejo de los presupuestos.
Ahora, ¿por qué viene la crítica? porque los jugadores más afectados por los impagos se ven obligados a salir de sus casas en busca del sustento, incluso cuando ya deberían guardar cuarentena en sus domicilios tras hacerse la prueba de coronavirus.
¿Qué sentido tiene hacerse el test de Covid-19 (requisito indispensable antes de iniciar los entrenamientos) si, por ejemplo, salen aún de sus casas para vender comidas típicas para subsistir?
Todos los resultados dieron negativos, según informó la APF, pero tranquilamente uno pudo haberse contagiado por la tarde mientras cumplía haciendo un delivery de su producto.
Aclaro que esto no va contra los jugadores, sino en contra los clubes ya que su falla contribuye poco a que sus atletas puedan cumplir con las normas que establecen el protocolo sanitario para la vuelta segura del fútbol.
Se habló que dentro del protocolo entraría asegurar los aspectos económicos, de vivienda, alimentación y movilidad, pero uno de esos pilares aún no se cumple y el torneo ya está cerca de rodar.
Pelota al piso, señores. Si no, seguimos perdiendo tiempo en este partido.