26 nov. 2024

El otro rival del fútbol paraguayo, tan fuerte como el Covid-19

El protocolo de la APF, a diferencia de otros países, no solo apunta a lo sanitario sino también contempla una serie de aspectos para “igualar” las condiciones deportivas. Las grandes desigualdades sociales de nuestro país también se hacen notar en el fútbol.

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Otra reflexión en tiempos de Covid-19.

Foto: @CopaDePrimera

Cuando suena el silbato y el balón empieza a rodar, las personas consiguen por un momento olvidar su realidad y entretenerse. Hoy, con el balón parado, la reflexión ganó campo y más aún dentro del fútbol donde las desigualdades sociales también juegan su partido.

Es por esto que el protocolo que se confecciona la APF busca ir poco más allá de lo que tiene que ver con lo estrictamente sanitario (la forma en la que se van a manejar los planteles para reactivar la liga), sino también meter un “parche” para sortear las diferencias que existen entre los diferentes planteles y que haga viable la reanudación del torneo.

Por ese motivo, acá entra una aclaración, es imposible hacer una comparación con lo que harán en otras ligas del mundo para volver a jugar, porque nuestra realidad social-cultural-económica es tan diferente y donde tenemos jugadores que viajan en colectivo, por ejemplo, para llegar hasta las sedes de entrenamientos.

Entonces, en las palabras del Jefe Médico de la APF, Gerardo Brunstein, se ve que al haber consenso para adoptar un sistema de protocolo abierto donde los jugadores harán “concentraciones en la casa” también deberán meter mano en temas sociales como movilidad, vivienda, nutrición, economía que tienen los futbolistas de manera a poder garantizar en cierta forma la “igualdad” a la hora de la competencia.

¿Por qué movilidad?

Porque, como se menciona en el ejemplo, se maneja que una de las principales fuentes de contagio se pueden dar en las unidades de transporte público. Entonces, ante eso, los clubes deberán ser los responsables de, en caso que la persona no tenga medios propios, buscar a sus jugadores para llevarlos a los entrenamientos y/o concentraciones para reducir los riesgos de contagios.

¿Por qué nutrición?

No solo apunta a un plan nutricional, que es propio de los nutricionistas de cada club, se refiere a la seguridad alimenticia de cada futbolista. Es decir que no le falte qué comer, que no deba rebuscarse para comer, enseñarles a preparar sus propios alimentos o proveerles tales.

¿Por qué vivienda?

Porque con la concentración abierta, la APF hará un relevamiento de las condiciones en las que vive cada futbolista. Por ejemplo, si vive aglomerado con 6 o 8 familiares, si vive lejos, etc. En esos casos, deberá darles lugares para vivir, de manera que pueda ser monitoreados durante la competencia.

¿Por qué económica?

Porque asegurar este aspecto, regularización en el pago a los futbolistas o el pago en forma, haría que los protagonistas no deban hacer “extras” u otra actividad para poder sostener a sus familias. Igual, pese a que cada institución es autónoma, resulta inadmisible que clubes de Primera División tengan un manejo económico tan desprolijo sin ninguna intervención del ente.

Todos estos aspectos van a la par de las diferentes medidas sanitarias que se deberán aplicar en los clubes de manera a asegurar un “equilibrio deportivo” dentro del campeonato. Además, promete que el fútbol paraguayo tenga un nuevo nivel, de verdad “más profesional”.