26 abr. 2024

El Interligas busca a su nuevo monarca

Caazapá, Pilar, Atyra o Limpio. En todas partes sueñan con un equipo de fútbol representando a su barrio, su familia y sus amigos compitiendo sobre las arenas más importantes del deporte nacional.

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¿Quién será el nuevo campeón? Foto: Tony Solalinde - Limpio Digital

Los archivos históricos del fútbol local refieren que en 1927, en la capital del país, el combinado de Ypakarai logró convertirse en el primer Campeón Nacional de Interligas. Se abría un nuevo capítulo en las páginas de nuestro querido deporte.

91 años después, cuatro selecciones hacen carrera por el título número 41 de uno de los más tradicionales certámenes que desde 1949 conecta de manera ininterrumpida, año tras año, las 12 rutas principales del país.

Apasionante por donde se la mire, la competencia dependiente de la U.F.I, que con sus luces y sombras hilvana un tejido balompédico único, no hubiera sido posible si dirigentes como Lorenzo Ventre y José Cazola, según el especialista José María Troche, no propiciaban el puntapié inicial de lo que el próximo domingo (28/01/18) conocerá a sus nuevos finalistas.

Tras los compromisos de Ida, Pilarense es la que saca una importante ventaja, pues en condición de local derrotó por el marcador final de 4-1 a una Limpeña que ahora buscará la proeza en “el Matadero” de la ciudad caracterizada por el caranday en el Departamento Central.

A la par, las chispas abrirán paso al fuego en en el club 25 de Enero de Caazapá, donde los dueños de casa tendrán que desnivelar el in extremis 1-1 protagonizado en el choque anterior frente a Atyreña (17.00).

Tal y como ocurre desde el año 2008, el mejor de los cuatro equipos accederá a un cupo al concurso previo a la División de Honor, sucediendo a Santaní (actualmente en Primera), Carapeguá, Paranaense, Liberación y Guaireña, equipos quienes (salvo Paranaense) hoy se han convertido en grandes animadores de la Intermedia.

De los mencionados aspirantes, la Federación Limpeña de Fútbol, cuando la recompensa al vencedor era disputar una Copa simbólica en Uruguay, en el 2002, ha sido la única en conseguir sentarse airosa en el más que meritorio trono del interior.