26 abr. 2024

Carpi Portillo, un torazo en rodeo ajeno y lejano

Nadie lo esperaba. Sabiendo que para ganar fuera del país, hay que triunfar dos veces, contra el rival y los jurados localistas, era una hazaña rayana en lo imposible la que perseguía Carlos Manuel Carpi Portillo.

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Carpi Portillo posa con su cinturón. Foto: Gentileza

Por Pedro García - deportes@uhora.com.py

Pero a más de 20.000 kilómetros del Paraguay, un valiente hijo de esta tierra de luchadores, así como lo hizo en marzo de 1968 nuestro primer campeón sudamericano Kid Pascualito en la Plaza de Toros de Quito, donde puso KO al local Ángel Sánchez, el joven actual campeón nacional superligero, se impuso por fuera de combate al crédito australiano Cesar Amonsot.

El mismo nos cuenta cómo llegó a la corona: “Entrené arduamente. Fui a dar la cara, a demostrar que podía hacer algo por mi país, pese a la falta de apoyo, lo que me sirvió como aliciente para buscar con más fuerza el éxito”.

LA LUCHA. Carpi fue de menos a más en el combate. “Yo siempre entro algo tenso y después comienzo a soltarme. Esto mismo me pasó en Australia. En el primer round me tiró unos cañonazos, que si no estaba preparado no los iba a poder asimilar. En el segundo empecé a tirar. En el tercero aumenté. Se arriesgó a perseguirme y en el cuarto lo sorprendí con un golpe certero de derecha. Se levantó, pero estaba mareado y como no respondió a la pregunta del árbitro al llegar siete paró la pelea”.

En la misma histórica noche del 6 de octubre pasado, en Melbourne, Carpi paralizó la racha del crédito local. En efecto, Amonsot, nacido en Filipinas, llevaba diez años invicto en Australia, cuya afición lo adoptó como ídolo al punto de nacionalizarse.

Inmediatamente después del suceso de Carpi, le empezaron a llover ofertas para pelear en Australia y en Rusia. Esta última perspectiva está prácticamente concretada (solo falta que lleguen los contratos) para enfrentar al local Eduard Troyanovsky, cuarto en el ránking de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB).

SIN PAUSA. “No hay tiempo para festejos. Ni bien volví de Australia me metí de lleno de nuevo para preparar mi próximo combate” confirma el pugilista, que siempre destacó como un gran trabajador del gimnasio, descubierto por el desaparecido Juan C. Riveros.

Pasó momentos muy duros, incluso la posibilidad de cierre del gimnasio del Olimpia cuando falleció su maestro. Pero fue superado con la comprensión de los dirigentes decanos, que aceptaron que quede la familia Riveros a manejar el local. Carpi lo trajo a su nuevo entrenador Félix Núñez y se plantó cuando en julio le ofrecieron este combate para que viaje solo.

“Si no va mi entrenador no voy”, indicó el luchador guaraní que busca a fuerza de golpes certeros dejar un legado eterno en el boxeo paraguayo.

Fuente: Última Hora