25 abr. 2024

Alexis Nicolás Vargas, un “Tigre” que ruge al acecho

“Cachorro de tigre suele ser overo” resignifica una vieja frase en aquella conocida canción marcial, interpretada por varios artistas locales y que a muchos hasta logra erizar la piel. Con los guantes puestos, hay uno que quiere seguir escribiendo historia.

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El “Tigre” Vargas. Foto: Pedro Lezcano

Por Pedro Lezcano - @pedritolezkano

Desde que vio la luz hasta sus 7 años, las esperanzas de vida de Alexis Nicolás “El Tigre” Vargas, no eran las más esperanzadoras.

En pleno apogeo de su niñez, diversas enfermedades lo fueron aquejando y por entonces su mundo apenas se reducía a lo que el reposo médico le permitía desarrollar en una cuna de origen humilde.

De familia de boxeadores natos: bisnieto de Óscar Aquino (fundador de la Unión de Boxeadores del Paraguay), nieto de Arnaldo “Pocho” Vargas (leyenda púgil nacional) e hijo de Óscar Nicolás Vargas (destacado dirigente de la Federación y presidente del club Gral. Santos); a la fecha registra un récord personal de 47 presentaciones invictas, un total de 54 peleas amateurs y 5 como profesional, sitial en donde no conoce derrotas.

Hoy, con 22 años cumplidos, la joven promesa del mismo General Santos recuerda que todo empezó desde los 8, cuando preparó sus cosas, desobedeció los consejos galenos y se mandó hasta el gimnasio ubicado en el patio trasero de la casa de su abuelo.

“Visto que la gente entrenaba y yo demasiado ya quería hacerlo también; un día no le conté a nadie, traje mi equipo y me puse las pilas. Todos se reían de mí, por mi postura y porque era flaquito, casi piel y hueso”, recordó Nicolás.

Voluntad. “Desde ese día no paré, porque yo quería pelear. Llovía e igual entrenaba bajo el árbol, dormía y quería que amanezca ya para empezar a entrenar”, agregó emocionado quien pronto tendrá su oportunidad por el cinturón nacional de welterweight.

La voluntad, esa capacidad humana para decidir con libertad lo que se desea, fue el principal cimiento que poco a poco lo ayudó a dejar las visitas al hospital y lo fue afianzando en su técnica, en su estado físico y en su temible guanteo, el cual no deja de imponer respeto en el ambiente.

“De la primera pelea me acuerdo solo de cuando sonó la campana y me asusté un poco, me pregunté qué estoy haciendo acá, pero después gané en el segundo asalto y desde entonces no paro”, complementó el boxeador de 69 kilos.

Épica. A sus 16 años, con la costilla rota y a medio recuperar, Vargas desplazó sobre el ring a uno que lo superaba casi en 8 kilos y que se paraba completo en 1,90 metros, varios centímetros más sobre los 1,69 que el mismo posa. Una batalla que recuerda muy bien.

No obstante, la última vez que peleó fue ante el argentino Cristian “Rompehuesos” Osorio, hace dos años, en la ciudad de Limpio, exigido a llegar a la pelea con 65 kilos.

En la ocasión venció por puntos y posteriormente no consiguió más retadores ni contendientes, puesto que sus siete títulos nacionales a nivel semiprofesional y su condición de reiterados nombramientos como mejor deportista del año no le permiten, por ética y moral, medirse ante atletas de menor experiencia.

“Lo que pasa también es que yo no peleo por plata, más peleo por la gloria. Mi sueño es ser campeón del mundo”, enfatizó finalizando la entrevista con nuestro medio.

Así, esperando con ansiedad su vuelta al cuadrilátero, El Tigre ruge orgulloso sobre la arena de su club. El próximo 29 de julio peleará por el título mencionado anteriormente. La expectativa es grande, la sangre definitivamente no es agua.

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Pocho Vargas. 136 peleas en amateur y 60 como profesional. Apenas conoció 9 caídas en su historial. Defendió su bandera por Alemania, Francia, Italia, Japón, Tailandia, Chile, Bolivia, Ecuador, Panamá, Puerto Rico.

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Óscar Vargas. Ex pugilista (140 peleas). Destacado dirigente de la Federación Paraguaya de Boxeo. Actualmente se encuentra entrenando de manera gratuita a más de 50 niños y niñas, jóvenes y adolescentes del barrio Loma Pytá de Asunción.