El plantel del 3 de Febrero sufrió con los destrozos causados por parte de los hinchas del Sportivo Luqueño, una vez culminado el juego, donde igualaron 1-1, en cancha de General Díaz.
Tanta fue la violencia generada por los vándalos que los jugadores tuvieron que resguardarse en el vestuario.
Uno de ellos, Héctor Bustamante tuvo que proteger a sus dos hijos (uno en brazos) en el propio vestuario, ante el peligro. Se vivieron momentos de mucho susto, pero solo hubo daños materiales.