El último día del mercado de invierno de 2011, el magnate Roman Abramovich desembolsó por la entonces estrella del Liverpool cerca de 60 millones de euros, el sexto traspaso más caro de la historia, y lo situó en la órbita de jugadores como Cristiano Ronaldo, Zidane, Kaká y Figo.
La presión parece haber podido con el internacional español, de 27 años, que en el último año no logró ser más que la sombra de aquel delantero que anotó 82 goles en 142 partidos con los “reds” y 91 tantos en 249 encuentros con el Atlético de Madrid.
El “Niño” estuvo a las órdenes de dos entrenadores en Stamford Bridge, el italiano Carlo Ancelotti primero y el portugués André Villas-Boas en la actualidad, pero ninguno encontró el resorte para que recupere el olfato goleador que le llevó a la cima del fútbol europeo.
Torres, saltó al campo en 43 ocasiones con la camiseta azul del equipo londinense, solo pudo anotar en una ocasión la temporada pasada y cuatro en ésta -dos goles en la Premier y otros dos en la Liga de Campeones.
En septiembre, el delantero hizo un amago de resucitar su instinto goleador, pero diversos contratiempos impidieron que su despegue se consumara.
En Old Trafford, uno de los mejores escenarios posibles, Torres marcó su primer gol de la temporada, pero el “Niño” quedó abatido en el suelo pocos minutos después cuando falló un tanto a portería vacía en un encuentro que el Chelsea acabó perdiendo.
En la siguiente jornada, Torres marcó al inicio del choque frente al Swansea pero, de nuevo, la ansiedad pudo con él y salió del campo expulsado poco después por una entrada innecesaria en el centro del campo.
El espejismo de la recuperación de Torres terminó el día en el que el “Niño” contribuyó con dos tantos a la goleada por 5-0 al modesto Genk belga en la Liga de Campeones.EFE