A Raúl la despedida lo llevó hasta al llanto, al lado de sus dos hijos y frente a la afición a la que se ganó, tanto con su clase como con su espíritu de lucha, que es lo que más suele premiar el Arena auf Schalke.
“Gracias, Raúl”, decía una camiseta que el club puso a la venta para el último partido del jugador español en la Arena auf Schalke. El mismo mensaje aparecía un pancartas gigantes en las tribunas. Y la despedida, además, salió bien en los deportivo. El Schalke le ganó 4-0 al Hertha y Raúl hizo el último gol en el estadio que se convirtió en su segunda casa.
La afición hubiera querido que Raúl se quedara al menos una temporada más pero nadie parece reprocharle su marcha. La directiva presentará a la próxima asamblea de socios la propuesto de incluirlo en el Salón de la Fama del Schalke junto a otras leyendas como Klaus Fischer o los integrantes del equipo que en 1997, encabezados por Olaf Thon, ganaron la Copa de la UEFA.
La camiseta de Raúl, el 7 eterno que antes también fue el 7 del Real Madrid, quedará retirada de circulación en el Schalke. Este sábado se le entregó al jugador un ejemplar enmarcado.
El Arena auf Schalke sin duda lo extrañará, sobre todo cuando en la próxima temporada vuelva a la Liga de Campeones tras asegurarse el tercer puesto en la Bundesliga, en una campaña en la que el propio Raúl tuvo un papel importante.
Esta temporada, la segunda con Raúl, termina sin títulos. En la anterior, se tuvo el consuelo de la Copa de Alemania. Algo que Raúl no logró en su paso por Gelsenkirchen fue el éxtasis de ganar un derbi contra el Borussia Dortmund. Fueron épocas en que eso era algo que quedaba demasiado caro frente al campeón alemán en las dos últimas temporadas. EFE