Nadal no solo consiguió ganar al número uno del mundo, algo que le da alas para Roland Garros, que comienza el próximo 27 de mayo, sino que evita así a Djokovic en unas eventuales semifinales en París, ya que ambos quedarían en lados opuestos del cuadro, por lo que solo podrían volver a medirse en una nueva final.
Con la victoria de hoy, la sexta en Roma para Nadal, el balear suma además su 21 Masters 1.000 y supera al suizo Roger Federer, quien había llegado a esta cifra tras la victoria en la Caja Mágica de la capital española, con el que además arrebató momentáneamente el número dos al español.
Olvidada la tierra azul de Madrid, Nadal ha comentado siempre en Roma que se encontraba en un gran momento y su rival de hoy también afirmó que el español es el “mejor de siempre” sobre la tierra batida.
En un campo más pesado de lo habitual debido a la lluvia ambos jugadores iniciaron el partido muy igualados, jugando a ver qué hacía el rival más que al ataque.
La primera rotura llegó en el quinto juego, con lo que Nadal se ponía un juego arriba, aunque el tenista de Belgrado se lo devolvió llevando el marcador a la paridad
Nadal, evidenció problemas con su primer servicio, en el que logró una efectividad poco superior al cincuenta por ciento, y jugó más defensivo, mientras Djokovic se mostró más irregular, intercalando golpes magníficos con errores de principiante.
Una actuación que le costó al balcánico tener que afrontar cinco pelotas de rotura, contra una sola de Nadal en la primera manga, que se cerró con el mallorquín un juego arriba (6-5) y sirviendo para adjudicarse el set tras haber quebrado el saque al tenista de Belgrado en un espectacular intercambio en la red.
A Djokovic se le vio nervioso al final de esta primera manga y rompió la raqueta por segunda vez en este torneo (ya lo había hecho en octavos ante el argentino Juan Mónaco) al ver cómo se le escapaba el primer set.
El resultado del primer parcial pareció tener efecto en los dos jugadores al inicio del segundo, con Djokovic cediendo de nuevo su servicio, y con Nadal que encadenaba su segunda rotura consecutiva, ganando seguridad en su juego.
A medida que la seguridad del mallorquín crecía, también aumentaba el nerviosismo del serbio, que evidenció problemas para aguantar los intercambios largos con Nadal y cometió muchos errores, un total de 41 en todo el encuentro, permitiendo que el balear conservara su servicio.
Con 3-5 en el marcador a favor del español y con el serbio al servicio, el de Manacor logró un punto sobre la línea que le daba la ventaja para la bola de partido, provocando las quejas del serbio que la daba fuera. Los nervios volvieron a poder con el de Belgrado que regaló el punto de la victoria al cometer una doble falta.
La victoria de hoy permite a Nadal recuperar su cetro de emperador de un torneo romano que ha ganado ya seis veces en los últimos ocho años y que la pasada edición le había arrebatado el serbio por un contundente 6-4 y 6-4.
Roma fue hoy el escenario del tercer choque de este año entre ambos tenistas - todos ellos finales - y suponía además romper el empate que mantenían aun esta temporada, con el serbio que se había impuesto en el cemento del Abierto de Australia y con el mallorquín que le ganó en la tierra batida de Montecarlo.
Era el enfrentamiento número 34 entre ellos y hasta ahora tenía un balance de 17 victorias de Nadal contra 14 del serbio, mientras que se habían enfrentado en 13 finales y hasta ahora Djokovic había ganado en siete de ellas.
Con la victoria de hoy Nadal aumenta su hegemonía sobre arcilla ante el serbio, pues el balear tenía un parcial de diez victorias contra las dos de Djokovic en el polvo de ladrillo.
Nadal se había coronado en cinco ocasiones en sus siete participaciones hasta ahora en la arcilla roja de Roma, mientras que para “Nole” era la quinta vez que disputa este torneo, en el que ha llegado cuatro veces a la final.
En los últimos ocho años, solo Djokovic había conseguido romper con la hegemonía de Nadal, ya que además de la derrota que infligió al español el año pasado, también se coronó en 2008 ante el suizo Stanislas Wawrinka, en una edición en la que el balear sucumbió en la segunda ronda ante su compatriota Juan Carlos Ferrero.
Cristina Cabrejas y Eulàlia Blanchart