El acierto ofensivo de los “rojillos” fue determinante en la victoria, con tres de los cuatro goles marcados de cabeza por Víctor Casadesús, Josep Lluís Martí y Nunes. Víctor también marcó el tercero, el sexto de su cuenta particular en la Liga, con un disparo cruzado.
El Villarreal, que acumulaba cuatro partidos seguidos sin perder, fracasó en toda la regla en la capital balear. Sin pólvora arriba y con fallos estrepitosos en defensa, perdió una gran ocasión para mirar hacia la parte alta de la tabla.
El equipo balear fue más vertical que su rival en la primera parte, y aunque no tuvo mucho tiempo el balón en su poder, supo llegar con más peligro hasta la meta defendida por Diego López.
El Villarreal careció de profundidad y, de hecho, el meta Dudú Aouate, apenas tuvo que intervenir.
Borja Valero, silbado por la afición cada vez que entraba en juego tras su paso por el equipo balear, se diluyó en acciones intrascendentes, sin hallar la tecla para abrir espacios en la defensa local.
Marcos Senna estaba más preocupado de equilibrar las fuerzas en la zona ancha que de la creación, y ni Cani ni Camuñas, podían progresar por las bandas, así que Rubén fue un náufrago en las cercanías de Aouate.
El Mallorca tampoco hacía más de lo que ya se le conoce esta temporada, pero al menos atacaba. El 0-0 parecía inamovible cuando Víctor Casadesús cazó un balón en el área castellonense para adelantar a su equipo en el marcador.
El balón venía de una falta directa cometida por el meta Diego López al israelí Tomer Hemed, muy aparatosa, que a juicio de los aficionados locales fue merecedora de tarjeta roja, pero el colegiado solo mostró la amarilla.
El Mallorca fue más ambicioso que el Villarreal en los primeros 45 minutos y se fue al descanso con el premio de un gol conquistado tras un grave error de marcaje de la defensa visitante.
Las coordenadas del partido no variaron en la reanudación, periodo que el Villarreal afrontó con el cambio de Martinuccio por Camuñas.
En 14 minutos explosivos, el Mallorca liquidó el encuentro con tres goles más, un 4-0 que la grada del Iberostar Estadio no celebraba desde hace años. De hecho, era la primera vez en toda la temporada que el conjunto de Joaquín Caparrós adquiría una ventaja de dos goles o más ante un rival.
En plena fiesta “rojilla”, con las gradas celebrando una goleada con claro sabor a revancha por la exclusión europea del equipo hace dos temporadas a manos del ‘submarino amarillo’, el partido pasó a un segundo plano.
El Mallorca se gustó en los minutos finales, se corearon los ‘olés’ que ya parecían desterrados en este campo, hasta completar una jornada redonda para los baleares y triste para un Villarreal, que se vio frenado en seco en la isla. EFE