El catalán ha tenido que esperar catorce años como profesional en el club de su vida para vivir, en carnes propias, la impotencia que siente un futbolista cuando se ausenta más de seis meses de los terrenos de juego.
Su última aparición vestido de corto se remonta en el ya lejano 12 de marzo de 2013. Era el partido de vuelta de los octavos de final de la Liga de Campeones, el día en el que el Barça de Francesc ‘Tito’ Vilanova se engalanó con su mejor traje para culminar una remontada épica ante el Milan (4-0), que le valió el billete para los cuartos de final.
El de la Pobla de Segur no fue titular y entró en el minuto 76 para substituir a un renqueante Javier Mascherano. Las 90.000 almas que llenaron ese día el Camp Nou desconocían que esos serían sus últimos 14 minutos de la temporada 2012-2013.
Tres días después, el club anunciaba, por sorpresa de muchos, que su capitán se había sometido a una artroscopia para llevar a cabo una “limpieza articular de la rodilla derecha”. Según los médicos Ricard Pruna y Ramón Cugat, estaría entre cuatro y ocho semanas alejado del grupo.
Los pronósticos, sin embargo, no se cumplieron. Tras varias semanas de incertidumbre, Puyol rompió su silencio y reconoció, en una rueda de prensa celebrada en el ocaso de la temporada, que sus problemas en la rodilla le llevaron al extremo de plantearse si podría seguir jugando al fútbol.
Pero las molestias no cesaron y, el 19 de junio, tuvo que ponerse de nuevo en manos de los médicos, que le extirparon, con éxito, un quiste de Baker, una dolencia que se produce como consecuencia de la acumulación de líquido sinovial al debilitarse la membrana que cubre la articulación de la rodilla.
El doctor Pruna aseguró que podría empezar la pretemporada con el resto de sus compañeros. Su primera aparición en el césped de la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí fue el 14 de agosto para realizar ejercicios de fuerza y resistencia junto a su inseparable recuperador físico de confianza Juanjo Brau. Sin embargo, no completó un entrenamiento al mismo ritmo que sus compañeros hasta el 13 de septiembre.
Su recuperación es una buena noticia para Gerardo ‘Tata’ Martino, uno de sus principales valedores en este inicio de temporada. Al aterrizar en Barcelona, el técnico rosarino frenó la incorporación de un central confiado en que el eterno capitán regresaría en su mejor estado de forma para entrar en las rotaciones de una posición en la que el Barça anda justo de efectivos.
“Estoy esperando la llegada de Puyol, se está recuperando bien de su lesión y espero que en septiembre lo podremos tener”, reiteraba el técnico argentino antes del inicio de la Liga.
El flamante ‘fichaje’ de Martino llega un mes y medio después del cierre del mercado estival.
Puyol, santo y seña del club catalán, en las últimas tres temporadas las múltiples lesiones que ha padecido tan sólo le han dejado disputar 56 de 114 partidos ligueros.
Su decimocuarta temporada de azulgrana será clave para conocer si cumple su promesa de retirarse a los 40 años. Su rodilla derecha determinará si aún está al nivel de un central que, treinta y seis lesiones después, quiere seguir dando guerra para sumar su vigésimo segundo título con la camiseta del club de su vida. EFE