El equipo suizo, farolillo rojo del grupo, salió a por todas desde el pitido inicial, consciente de que sólo le valía la victoria para seguir soñando.
Ahora, con cuatro puntos, lograría el pase si el Atlético no vence en casa al Bayern Múnich y dentro de una semana derrota al equipo español en Suiza.
El alemán de origen albanés Berisha fue la estrella en la primera parte con dos goles, más otro anulado por fuera de juego, mientras que el húngaro Szoboszlai, pretendido por varios grandes, apenas dejó destellos.
El Lokomotiv, que había arrancado dos valiosos empates ante el Atlético de Madrid, entró mal al partido, ya que perdió en el último momento a sus dos mejores jugadores: Miranchuk y Krychowiak.
Según informó el club ruso minutos antes del arranque del encuentro, el polaco contrajo el coronavirus y fue descartado en el último momento, al igual que el joven Kulikov, mientras que Miranchuk, que sufría un catarro, sólo pudo salir tras el descanso.
El caso es que las bajas dieron alas al equipo suizo. La pareja formada por Koita y Berisha se mostró muy activa desde el pitido inicial.
La defensa rusa se las vio y deseó para frenar las acometidas de ambos delanteros y, de hecho, Berisha marcó a los 18 minutos, aunque en claro fuera de juego.
Al filo de la media hora, el delantero alemán, que se encontraba en una posición muy dudosa que tuvo que se revisada por el VAR, aprovechó varios rechaces para batir sin oposición al portero ruso (min. 28).
La mejor ocasión local de la primera parte la tuvo en su cabeza Murilo a la salida de un córner, pero su remate fue despejado en la línea de gol por Szoboszlai.
Sin tiempo para recuperar el resuello, de nuevo Berisha sorprendió a la defensa local después de un fallo en el despeje de Rajkovic, que fue aprovechado por Koita para dejar solo a su compañero ante Guilherme, al que batió por raso (min.41).
Szoboszlai pudo coronar la excepcional primera parte de su equipo, pero tras recortar a un rival en el área grande, disparó mal a un lateral de la red.
El técnico local, el serbio Marko Nikolic, no quiso especular e introdujo tres cambios en el descanso. Entre ellos, saltó al campo el convaleciente Miranchuk.
Lo intentaron los rusos. Zé Luís, muy activo contra el Atlético, pero desaparecido este martes, pudo marcar al cuarto de hora de la reanudación, pero su disparo colocado fue despejado por Stankovic.
Los rusos despertaron desde los once metros. Ramalho empujó incomprensiblemente a Zé Luís en el corazón del área. El regalo lo transformó Miranchuk. (min.81)
Pero a los dos minutos el recién incorporado Adeyemi salió como una bala en un contraataque tras un fallo en el control de Murilo. Él se fabricó el gol y él lo culminó, ya que al internarse en el área, regateó a Corluka y batió a Guilherme (min.81).
El fútbol premió al más valiente, que fue el Salzburgo, ante un equipo ruso que salió al campo con demasiados defensas.
