El encuentro ya estaba transitando el primero de los cinco minutos de adición, cuando un hermoso perro saltó al campo de juego y se tiró al suelo para mostrar su alegría o simular una falta (?). Lejos de recibir regaños, recibió cariño de los jugadores de ambos bandos.
Primero se vio intimidado por el asedio de los futbolistas, pero luego respondió a las caricias moviendo la cola.
El perrito estaba viviendo su momento de gloria, cuando Jan Carlos Hurtado, jugador de Gimnasia, lo agarra sorpresivamente por detrás y lo retira del campo ante la risa de los presentes.