Por Alcides Benítez – alcbenitez@uhora.com.py
Los botes paraguayos siguen navegando con el viento a favor gracias al esmero y éxito deportivo de una camada que se obstina en mantener la vara alta. Tal como lo demostró, con dos boletos oficiales para París, en la Regata Clasificatoria de Remo disputada recientemente en Río de Janeiro (Brasil).
Alejandra Alonso (27) es la figura estelar de la presente generación. La atleta volvió a ubicar en primera plana del continente a esta disciplina al marcar los tiempos necesarios para quedarse con una cuota de clasificación a los próximos Juegos Olímpicos que se celebrarán entre el 26 de julio y el 11 de agosto de 2024, en Francia.
Este evento multideportivo encuentra a esta especialidad en plena evolución y apogeo. “Se podría decir que el remo paraguayo está pasando por su época dorada”, reconoció en charla con Última Hora la mejor remera guaraní en la actualidad.
Sin embargo, recalcó que no vio la luz de la noche a la mañana, sino luego de una sumatoria de años de esfuerzo que comenzó con el profesor uruguayo Rubén Pesce. “Soy una de las pocas sobrevivientes de esa camada que continúan remando”, señaló Alejandra Alonso.
Añadió que la historia sigue con el trabajo del actual entrenador de la Selección Nacional, Mariano Kowalczyk, “que con sus luces y sombras está planificando bien”. “El remo es un deporte longevo, pero necesita planificación, algo que está cumpliendo con creces”, elogió.
En la línea de evolución, detalló que recién se pudieron ver algunas que otras medallas en los Juegos Suramericanos de Cochabamba (Bolivia), en el 2018. En los Panamericanos de Lima (Perú), en el 2019, varios botes estuvieron en finales y, luego, ella clasificó para los Juegos Olímpicos de Tokio (Japón), en el 2020.
En la siguiente etapa se vio lo mejor de Paraguay, primero en casa, en el 2022, con el logro de seis medallas, una de oro, la que se colgó La Rubia en la Bahía de Asunción.
En el 2023, en la Laguna Grande de San Pedro de la Paz, en Chile, la dupla compuesta por Alejandra Alonso y Nicole Martínez, en la categoría dos remos sin timonel femenino (W2-), se logra la primera medalla (bronce) en la historia de los Juegos Panamericanos desde la primera participación de nuestros compatriotas, en Buenos Aires 1951.
“El remo viene trabajando superbién, hay que ver cómo se sobrelleva en estos años, en el próximo ciclo olímpico. Hay que ver si se supera, ojalá que no vaya en retroceso”, remarcó. A estos nombres, hay que agregar al también olímpico e ilustre Javier Insfrán, y a legendarios como Arturo Rivarola y Gabriela Mosqueira, entre tantos otros.
“COMO UN ALMACÉN DE BARRIO”
Más allá de estos números impresionantes, en cierta medida facilitada por el apoyo gubernamental, aunque todavía insuficiente, a su parecer, por la gran cantidad de atletas, hay otras situaciones que deben corregirse a nivel federativo para darle mayor impulso al remo.
Una de las cosas que se está descuidando claramente es la gestión, según la referente. “A nivel del Comité Olímpico Paraguayo y de la Secretaría Nacional de Deportes se tiene la estructura para gestionar los diferentes proyectos, pero a nivel de Federación Paraguaya de Remo se sigue manejando como almacén de barrio, ahí es donde chocamos porque al final los platos rotos terminan pagando los atletas”, aseguró.
En este sentido, la especialista en Gestión Deportiva ve como necesario el cambio de mentalidad de los dirigentes para evitarles a los deportistas de la siguiente generación las necesidades que ella tuvo que superar para llegar hasta la cima.
Reveló que el año pasado, por ejemplo, tuvo que hacer de atleta, gestora y hasta agente de viajes para cumplir el plan que el entrenador había presentado. “Llega un punto en el que tenés que estar remando más afuera que adentro, y esa es una de las cosas que se tienen que cambiar”, criticó.
APUNTA A LO MÁS ALTO EN PARÍS
Alejandra Alonso, que surcará las aguas del moderno Estadio Náutico, en Vaires-Sur-Marne, en las próximas Olimpiadas, ya inició su preparación en nuestro país. “Tengo que seguir entrenando, ahora empieza el trabajo duro, dijo.
Feliz por haber conseguido el derecho por méritos deportivos, por segunda vez, “algo bastante bueno para su carrera”, y consciente de que la misión no será nada sencilla, la paraguaya aterrizará en la Ciudad de la Luz con el sueño de seguir haciendo historia.
“Hay que irse con las expectativas altas, pero con los pies sobre la tierra. El remo a nivel olímpico no es tan fácil, y más los botes individuales, creo que son los tipos de botes más competitivos. El mío es el single y me voy a aferrar a él, pelear a capa y espada para defender mi lugar y buscar siempre estar en lo más alto”, declaró.
Será una experiencia distinta a sus primeros Juegos Olímpicos, en el 2021, en donde cerró en un tercer lugar en la Final D del Remo Single Femenino y quedó en el puesto 21 del mundo, cuando la pandemia de coronavirus imponía todavía fuertes restricciones impidiendo competencias de preparación.
“En el ciclo olímpico pasado estábamos limitados por la situación a nivel mundial que se estaba viviendo, con las restricciones y los infectados, incluso con el miedo de llegar a testear positivo y te perdés de los juegos, así era el nivel de estrés en ese momento”, rememoró.
“NO FUE AMOR A PRIMERA VISTA”
El amor de la campeona sudamericana en la categoría de Un Par de Dos Remos Cortos con este deporte tardó en germinar y también en afianzarse, más allá de que siempre estuvo presente en su vida desde el 2011, aproximadamente.
“En su momento necesitaban una chica más para poder correr el Campeonato Nacional en doble, ahí me llevan obligada a remar (risas), no fue amor a primera vista, era algo tedioso, fastidioso, aparecía dos días antes de las competencias”, reveló.
Sin embargo, a comienzos del 2013 se produce un quiebre cuando fue a un campamento a España, específicamente a Sevilla. Esa exposición del remo de alto rendimiento le cambia la mentalidad y la visión. “Y es como que digo: ‘Yo quiero este estilo de vida’, sostiene.
A partir de ese momento el remo deja de ser un hobby, un pasatiempo. Ese mismo año tuvo la oportunidad de representar a Paraguay en los primeros Juegos Odesur juvenil en Lima. Se encumbra con la medalla de oro y desde ahí “fue todo para arriba”.
Se imbricaron competencias en Sudamericanos, Panamericanos y Olimpiadas. Enlazó con jornadas mágicas, como el día en que corrió la única final olímpica en la historia del remo paraguayo, y se colgó importantes medallas.
Al final, la relación floreció y hasta le permitió enriquecer su formación en Barry University, de Estados Unidos. “Es algo que ni en mis más sueños locos hubiera pensado que se hubiera podido acceder a eso a través del deporte, y más todavía por medio del remo que es un deporte poco convencional en Paraguay”, sentenció.
LA CIFRA:
Unos USD 18.000, aproximadamente, cuesta un bote individual, el más pequeño para la competencia. El más caro, de equipo para ocho atletas, roza actualmente los USD 100.000.
