“Es una decisión amarga, pero no podemos evitarla”, dijo el primer ministro, Mark Rutte, en una rueda de prensa en la que se dieron a conocer las nuevas medidas tomadas por el Ejecutivo holandés para luchar contra la COVID-19.
Los partidos de fútbol sin público también entrarían, en un principio, en la categoría de eventos especiales, pues necesitarían de presencia policial para evitar aglomeraciones fuera de los estadios.
El anuncio del Ejecutivo choca de frente con el calendario de la Real Federación Holandesa de Fútbol, que había recomendado a los clubes volver con entrenamientos individuales el 15 de mayo, en grupos pequeños una semana después y toda la plantilla a partir del 29 de mayo.
Según ese plan, ahora paralizado, los partidos de la Eredivisie se habrían jugado entre el 19 de junio y el 31 de julio.
Los clubes holandeses estaban divididos, pues algunos como el Ajax, el AZ Alkmaar o el PSV Eindhoven habían pedido la cancelación definitiva de la competición, mientras otros con dificultades económicas preferían volver.
No obstante, la presión de los segundos se redujo la semana pasada cuando “Fox Sports”, la cadena que posee los derechos de retransmisión de la Eredivisie, anunció que ya ha abonado a los clubes la parte correspondiente de los partidos restantes, más allá de si se juegan o no.
Al torneo le quedaban ocho jornadas para su finalización, nueve en el caso de algunos equipos, y el Ajax y el AZ Alkmaar encabezan la clasificación con 56 puntos, aunque la escuadra de Amsterdam es líder por diferencia de goles.
La federación deberá ahora reunirse con los clubes para confirmar la anulación definitiva del campeonato y si declara campeón al Ajax, así como decidir qué ocurre con los descensos y ascensos y los nuevos planes para la temporada 2020/21, pues deberá comenzar a partir del 1 de septiembre, casi un mes más tarde de lo habitual.
