El primer tiempo tuvo escasas situaciones de gol, pese a que el compromiso se disputó con ímpetu, dinámica e intensidad. Luqueño intentó, corrió mucho, aunque no tuvo claridad en los metros finales para peligrar el arco defendido por Joel Silva.
El equipo de Pedro Sarabia creó la única opción importante en la alborada de esta fracción tras un centro de Blas Armoa, que terminó en un cabezazo de Gonzalo Barreto (8 m). Después se produjeron insinuaciones, barullos, pero nada tan contundente en las dos áreas.
El segundo tiempo fue totalmente diferente. Comenzó movido y con emociones fuertes. A cinco minutos del reinicio, Santiago Salcedo adelantó al Escobero con un hermoso tiro libre, pero al minuto emparejó Blas Armoa tras una habilitación preciosa de Marcelo Cañete.
El compromiso se avivó por completo en Campo Grande. Revitalizado por el empate conseguido en un pestañeo, el Auriazul se fue por el segundo y casi lo consigue con un cabezazo de participativo Armoa, que anticipó a Rodrigo Burgos y obligó a una gran intervención de Silva.
También estuvo cerca de lograrlo gracias a Mathías Villasanti. El volante rompió líneas, luego venció la resistencia de Joel Silva, pero su disparo no tuvo la fuerza necesaria para superar la velocidad del defensor del Deportivo Capiatá, que rechazó el balón antes de traspasar la raya de gol (70 m).
El equipo de Pablo Caballero también creó una situación concreta de gol a cinco minutos de final. Y no pudo ser de otra manera sino mediante su hombre más peligroso, Santiago Salcedo, que puso un remate en el palo del portero Bernardo Medina.
Con este resultado, el Auriazul acumula 19 unidades en el campeonato Clausura y verá pasar otra fecha sin poder llevar tres puntos a sus alforjas. El representante de la República gasta otra chance y sigue en la zona del descenso.