El Rey conmemora 38 años de su conquista mundial

Un día como hoy, pero de 1980, el Decano del fútbol paraguayo inscribió su nombre en la historia del balompié mundial, tras vencer en el Defensores del Chaco al Malmö de Suecia y así consagrarse campeón de la Copa Intercontinental.

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Olimpia es el único club paraguayo que se hizo campeón mundial. Foto: Archivo

Por Miqueas Cicorio - @miqueascicorio

No es coincidencia que después del Día de los Héroes, haya alcanzado la gloria. Éver Hugo Almeida, Alicio Solalinde, Luis Torres, Carlos Kiese, Hugo Talavera, entre otros, también son recordados como héroes por traer al país la máxima conquista internacional del Deporte Rey a nivel de clubes.

Cuando Luis Cubilla llegó al Olimpia en 1979, ni el más optimista de los hinchas había de imaginarse al Franjeado con el mundo bajo sus pies. Al llegar a la institución, “El Negro” prometió a Osvaldo Domínguez Dibb la Copa Libertadores de aquel año.

Tal hazaña era inconcebible, pues suponía la ruptura de la hegemonía Brasil-Argentina-Uruguay en dicho certamen. El Decano sorprendió a todos y se coronó campeón, derrotando al bicampeón Boca Juniors en la mismísima Bombonera.

El sueño no acabó allí. Osvaldo Domínguez Dibb quería llevar al Olimpia a la cima del mundo, pero la Copa Intercontinental corría el riesgo de no disputarse, como sucedió en 1975 y 1978. Los clubes europeos temían el juego brusco sudamericano, luego de la recordada lesión de Johan Cruyff en la final entre Independiente de Avellaneda y Ájax en 1972.

El Nottingham Forest, campeón europeo en 1979, no tenía ningún interés en pisar tierra guaraní. Ante esta negativa, Osvaldo Domínguez Dibb hizo todo lo posible para que dicha final se jugase, logrando finalmente que el subcampeón de Europa se presente, como ocurrió en 1971, 1973, 1974 y 1977.

El Malmö ofició de local en el partido de ida, que terminó 0-1 a favor del franjeado con un tanto de Evaristo Isasi. En la vuelta, los dirigidos por Pedro Cubilla —asumió el mando tras la ida de su hermano a Newell’s— se impusieron 2-1 con goles de Alicio Solalinde y Miguel Michelagnoli.

Las calles de Asunción se colmaron; todos los paraguayos estaban de fiesta. Un hecho que marcó un antes y después en la exitosa historia del Olimpia, que a partir de ese momento pasó a ser conocido como el Rey de Copas guaraní.


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