Por Jorge Arias - jarias@uhora.com.py
Nacido en Lambaré, comentó a ÚH que se inició en la escuela de fútbol de Capitán Figari, para pasar luego por Afemec, las Águilas y a los 13 años llegó para las inferiores de Sol de América.
INFORTUNIO. Por la calidad que tiene jugando al fútbol siempre lo hizo en una categoría superior, pero lastimosamente estuvo perseguido por constantes lesiones.
“Mi primera lesión fue en la Sub 14, cuando me rompí el menisco. Al regresar de esa lesión, en el primer partido me fracturé el brazo, otra vez tuve que descansar un buen tiempo”, recordó Rojita.
Debutó en el equipo principal de Sol a los 17 años, de la mano del entrenador Mario Jacquet, en un partido ante Cerro Porteño.
Luego de integrar un año el plantel de Primera, Rojas se rompió el ligamento cruzado de la rodilla, lo que le dejó fuera de la cancha por casi siete meses.
DIFICULTAD. “No es fácil la carrera de un futbolista, la gente solo nos ve por televisión, los diarios, nos escuchan por radio, creen que vivimos en una burbuja, pero detrás hay mucho sacrificio”, reflexionó el volante.
“Uno si quiere llegar se tiene que cuidar mucho, hasta en la alimentación, a ello se suman los trabajos físicos, la concentración, los viajes, muchas veces no hay tiempo para compartir ni fechas especiales con la familia”, comentó.
Tomás no pudo jugar las últimas 7 fechas del Apertura 2018, por un desgarro sufrido en la Selección Sub 21 y que resintió jugando la Sudamericana. “Llegó un momento en que quería dejar todo por las lesiones, pero mi familia y mi novia me dieron la fortaleza para continuar, gracias a Dios”, acotó.
Fuente: Última Hora