Roque Santa Cruz, 36 años, jugó su partido 98 con la casaca franjeada (incluye torneos internacionales) y anotó su segundo gol en el Apertura (17 en torneos locales).
El atacante terminó extenuado, pero muy feliz: “Ya estuve acalambrado antes de esa jugada (la del penal). El cariño de la gente de Olimpia es un orgullo y uno de los motivos para levantarme cada mañana en busca del objetivo”.
“La piernas ya no me daban, pero el corazón me pedía que aún me quede. Estoy feliz”, agregó. “El esfuerzo de todos tuvo el premio, que era ganar. El triunfo que obtuvimos hace que todo el esfuerzo que hacemos día a día valga la pena”, concluyó el delantero que regresó a Olimpia con el objetivo de cerrar su carrera siendo campeón.
Fuente: Última Hora